Sólo Extremadura y Andalucía les dan clara prioridad en los concursos de traslado
La farmacia vasca cree que su LOF “ha dejado pasar la ocasión de premiar su labor”
alberto cornejo
Madrid
El ex presidente de la Sociedad Española de Farmacia Comunitaria José Ibáñez se preguntaba (ver EG núm. 398): “¿Alguien barema pensando en el paciente?”. Todo el mundo coincide en que el ciudadano debe ser el fin último. Eso sí, algunos también se hacen otra pregunta: “¿Alguien barema pensando en los rurales?
País Vasco es el ejemplo más reciente de la respuesta negativa a esta pregunta. Así, en el texto de su futura Ley de Ordenación Farmacéutica, esta comunidad ha dejado pasar la oportunidad de reconocer el trabajo que realizan los rurales y facilitarles el traslado a un núcleo urbano. En sus nuevos criterios de acceso no existe prioridad alguna a los rurales, aunque sí se la da a profesionales que no posean aún establecimiento.
Esta situación no es del agrado del presidente del COF de Guipúzcoa, Francisco de Asís Echeveste, quien consideró que “deberían tener prioridad los profesionales con experiencia en zonas rurales”. Una opinión compartida por su homólogo vizcaíno, Iñaki Navarro, que solicitó “compensaciones en los baremos”.
Igualdad, no ventajismo
Lo cierto es que los representantes del colectivo rural tampoco buscan ventajismo en concursos de traslados o aperturas. Simplemente les valdría la igualdad de condiciones. “Se entiende que los cursos o la asistencia a congresos puntúen en la escala de méritos, pero nuestras condiciones laborales nos dificultan estas actividades”, señaló Isabel Enríquez, vocal de rurales del COF de Madrid.
Por ejemplo, en Galicia, y desde el pasado año, en un empate a puntos al aplicar el baremo de méritos la autorización se concedería, en este orden, a farmacéuticos no titulares de farmacia, a licenciados con el mejor expediente académico y, en tercer lugar, a profesionales que ejerzan en el medio rural. “La farmacia rural sirve de ejemplo para defender el modelo, pero esas palabras no se traducen en reconocimientos”, señaló Paco Mateo, presidente de la Asociación de Farmacéuticos Rurales de Cataluña, donde, al menos, los rurales no sienten menosprecio al no existir sistemas de baremos.
Eso sí, hay comunidades, como Extremadura, en la que los rurales tendrán prioridad en el concurso de traslados. “Si en mi región hubiese esas condiciones, creo que me trasladaría casi sin pensarlo”, afirmó Juan Ignacio Carrasco, vocal de rurales de Guadalajara, que alude al inminente decreto que verá la luz en Extremadura a principios de 2009. Un texto que, según la Consejería de Sanidad extremeña, está pendiente de definir los últimos detalles, tras la reunión mantenida esta semana por su Comisión de Farmacia.
Mientras no exista una norma parecida en su región, Carrasco y sus otros compañeros rurales manchegos, como su homólogo en Ciudad Real, Antonio Galán, deberán conformarse con “un incremento en su puntuación, pero no decisivo, para aquellos que ejerzan en una Zona Farmacéutica Singular: zonas aisladas, poco pobladas y alejadas de núcleos grandes”. “Ojalá copiemos el modelo extremeño”, concluye Carrasco.
Pero Extremadura no es la única autonomía que reconoce la labor de los rurales. Así, Andalucía aprovechó su nueva LOF para modificar los criterios de acceso. Los concursos para acceder a nuevas farmacias se dividen en tres fases. Para la primera se reserva el 20 por ciento de los nuevos locales, optando a ellos sólo farmacéuticos con diez años de ejercicio en pueblos de menos de mil habitantes. “Estamos negociando con la consejería que en el próximo concurso, a principios de 2009, también puedan entrar en esa fase los boticarios de núcleos mayores a mil habitantes que sigan siendo definidos como pueblos”, apunta Francisco González, presidente de la Asociación de Rurales de Andalucía. Asimismo, quieren que se puntúe en el baremo su número de guardias.