La e-salud es una apuesta del Gobierno desde 2004. La Ley de Cohesión es el germen sobre el que se asientan todas las herramientas de la sanidad virtual: la tarjeta sanitaria, la historia clínica digital y la receta electrónica. Mientras finaliza la informatización del sistema, y a la espera de la ansiada interoperabilidad, Sanidad ha comenzado a poner a disposición de las comunidades autónomas nuevas herramientas que permitirán afrontar uno de los retos de futuro del sistema sanitario español: la cronicidad asociada al envejecimiento.
Una de ellas es el servicio de Estratificación y gestión de enfermedades crónicas, como anunció la directora general de Salud Pública, Calidad e Innovación del Ministerio de Sanidad, Mercedes Vinuesa. Precisamente un día después de participar en la jornada, el BOE recogía la resolución firmada por ella y por Josep María Padrosa, director del CatSalut, que regula la colaboración entre el Ejecutivo y Cataluña para el desarrollo de este proyecto.
El objetivo de esta herramienta es ofrecer a las comunidades autónomas modelos normalizados a nivel nacional que permitan identificar el nivel de necesidad de cada paciente de cara a facilitar la provisión de intervenciones específicas adecuadas a cada necesidad. Sus beneficios, según Vinuesa, son múltiples: entre ellos, la obtención de ficheros estandarizados de resultados a nivel nacional; la obtención de resultados personalizados para cada región o el uso de la misma aplicación informática y por tanto “de la misma lógica de negocio” para todas las comunidades.