| viernes, 06 de noviembre de 2009 h |

Pregunta. ¿Qué medidas desarrollará en política farmacéutica?

Respuesta. En política farmacéutica se ha avanzado mucho en términos de ahorro. Creo que en todos los presupuestos autonómicos el gasto farmacéutico no va a poder estar razonado en un crecimiento como el anterior. Todos tendrán que tomar decisiones sobre eso, y ya veremos en cuánto podemos crecer en el País Vasco. Sin embargo, es importante que los recortes sean aplicados de forma uniforme en toda la batería presupuestaria. No hay que mirar al gasto farmacéutico como único sitio donde se puede tener un ahorro espectacular. La sostenibilidad del sistema va a venir de hincarle el diente al sistema de crónicos. Cuando los pacientes estén mejor procesados y hagamos más control a domicilio y en AP, ingresarán menos pacientes y consumirán menos.

P. ¿Ha llegado el momento de excluir prestaciones para síntomas menores?

R. Igual hay que ir en esa dirección, aunque me preocupa más cómo entran. Porque no lo hacen de una forma suficientemente racional en el sistema. Los medicamentos sí, pero las prestaciones están entrando por decisión de algunos dirigentes; por presión política o de algún lobby. Nos está faltando algo que nosotros hemos empezado a crear y ya está en el presupuesto: una Agencia de Evaluación Tecnológica totalmente independiente de la Administración. Eso racionalizará la entrada de nuevas prestaciones. Mientras sigamos el proceso de incorporación de nuevas prestaciones del modelo clásico, muchas no entrarán con el suficiente rigor científico al sector público, y eso nos debilita.

P. ¿Se debate la posibilidad a nivel nacional en el pacto?

R. No sé si se está discutiendo en el ámbito nacional. José Martínez Olmos habló de la conveniencia de tener algo parecido. Para nosotros, esta organización, llamémosle la NICE española, debe ser una red. Nosotros ya hemos empezado a ser parte. No hace falta tener 17 ‘mini-Nices’, sino una red de cuatro o cinco que informen. Yo insisto en que la clave está en la naturaleza de esa organización. Que sea independiente como la inglesa o como la que va a crear Barack Obama ahora en Estados Unidos.

P. ¿Cree que será posible alcanzar el mismo consenso respecto a la sostenibilidad del sistema que se ha logrado con la gripe A?

R. Sería conveniente. La gripe A nos ha unido, pero tenía una ventaja, ya que todos sabían que había que actuar de forma nueva y responsable para decir lo mismo en todo el país a un tiempo. Sobre esa dinámica de trabajo se podrían construir y debatir cosas muy complejas, con una mayor carga ideológica que la gripe.

P. ¿Por ejemplo?

R. Cómo crear la red de NICE o cómo hablar de la sostenibilidad del sistema de una forma menos ideológica. Lo importante en el Consejo Interterritorial es no entrar al contenido de la discusión primero, sino hablar del proceso a seguir. Dentro de ese proceso estaría una explicitación de cómo vamos a trabajar.

P. ¿Qué pasa con la LOF vasca?

R. Aún está en stand by, porque estamos analizando qué nuevas ideas y conceptos podemos añadir. Si nos metemos en un proceso complejo de legislación, la ley debe añadir más valor que la que estaba preparada. Si estoy lanzando una estrategia de crónicos y de integración de servicios, me gustaría que la ley reflejara cómo unas organizaciones que van a seguir siendo privadas, las farmacias y todo el circuito farmacéutico, pueden añadir valor a esta línea estratégica. Aquí se han hecho cosas interesantes sobre el sida, en la que los farmacéuticos tienen una actividad educativa, pero también de control y adherencia. La ley debe fortalecer eso para hacerlo con más programas.

P. ¿Qué opina de un copago en función de la renta?

R. Ya en el ‘Informe Abril’, en el que yo participé en 1991, se dijo que de considerarse una medida así, se aconsejaba que fuera con esa lógica de progresividad. Se presentó mal y muchos se posicionaron en contra. Aún así, la necesidad o no de un copago muchas veces añade más calor que luz. Es necesario hablar de otras líneas de trabajo que posiblemente permitan un mayor impacto, aunque sea más a largo plazo que introduciendo un copago.

La adherencia, un buen ejemplo de I+D en servicios de salud

Pregunta. ¿Cuáles son sus objetivos en relación a la I+D?

Respuesta. Estamos creando un entramado de investigación biomédica más sofisticado. Actualmente contamos con tres o cuatro fuentes de financiación. Una viene de fuera, otra del Consejo Vasco de Ciencia, Tecnología e Innovación, otra es presupuesto nuestro… La I+D+i ha quedado protegida en el presupuesto de sanidad.

P. ¿En cuanto a estructuras?

R. En estructuras, para abril o mayo finalizará Biodonosti, un centro de investigación vinculado al Hospital Donosti. Si más adelante hay fondos, crearemos más centros. También habrá más planificación y programación de investigación.

P. ¿Cuestión de dinero?

R. No sólo hay que incidir en el dinero que entra en el sistema. Es necesario buscar sinergias en I+D. La investigación básica está mucho más coordinada. Lo que nos falta, y quiero fortalecer, es la investigación en servicios de salud. Puede ayudar a salvar muchas vidas, porque los pacientes podrán gestionarse mejor.

P. ¿Por ejemplo?

R. La adherencia es un ejemplo de investigación en servicios de salud. La mitad de los efectos adversos son medicamentosos porque la gente no toma bien su medicación. Y no les estamos ayudando. Hay que investigar qué modelos pueden ser útiles para controlar la adherencia. Si lo hacemos, tanto la e-receta como la I+D en servicios de salud sobre cómo mejorar el buen paso de los pacientes y la adherencia en su paso por primaria, hospitalaria y servicios sociales, ayudará a reducir ese número.

carlos b. rodríguez

Madrid

Es uno de los padres de Osakidetza y participó, en 1991, en la ‘Comisión Abril’. La valentía de aquel documento no ha abandonado a Rafael Bengoa, que ahora hace gala de esta característica para lidiar con el toro sanitario. Llegó a la Consejería de Sanidad del País Vasco hace seis meses con las ideas muy claras: revolucionar el modelo de gestión. Un trabajo lento sobre el que, a su juicio, se halla la respuesta a todos los problemas vinculados con la sostenibilidad del SNS.

Pregunta. ¿Cuáles son sus prioridades para esta legislatura?

Respuesta. La línea de fuerza será la continuidad de cuidados y la mejora en la gestión de enfermedades crónicas, con las que se relacionan siete de cada diez muertes y dos tercios del crecimiento anual en el gasto. El sistema está mucho más orientado a enfermedades agudas, pero hay que complementar un buen sistema de agudos con un sistema de crónicos, que no existe.

P. ¿En qué basará el cambio?

R. La premisa fundamental es dejar de creer en un modelo de planificación circular, que está muy enraizado en el sector salud y que no funciona. Muchos planes no han sido implementados, y no es por mala voluntad. El modelo que queremos pasa por poner un marco de trabajo y dejar que abajo den respuestas. Esto no quiere decir que los de arriba no tengan una función. La tienen, y muy importante: crear espacios para que los de abajo puedan hacer eso. Pero no deben sustituirles.

P. Eso implica medidas a medio y corto plazo. ¿Ha hecho algo ya?

R. Hemos organizado una agencia que ayudará a las organizaciones locales a tener la capacidad para hacer la reforma. Cuando un centro de salud o un hospital quieran hacer una experiencia innovadora, de abajo arriba, para encontrar mejoras de eficiencia, van a necesitar mucho apoyo. Muchos en ese nivel saben hacer sus cosas clínicas, pero no este tipo de cosas. Nosotros les ayudaremos a moverse en esa dirección.

P. ¿Cómo se ha reflejado esta línea en los presupuestos de 2010?

R. Ha habido una inversión importante en la reforma hacia los crónicos. Habrá mayores partidas para calidad y seguridad del paciente, para los sistemas de información necesarios para integrar los servicios y para el desarrollo, que tendremos en el plazo de mes y medio, de un plan estratégico detallado para los crónicos. Luego, en diciembre o enero, se lanzarán 12 ó 15 experiencias de innovación para que nos digan de abajo arriba cómo avanzar.

P. ¿Ha pensado en medidas concretas para los farmacéuticos?

R. Durante un año, los médicos y enfermeros que trabajan en Osakidetza van a organizar los servicios y van a probar distintas formas de gestionar pacientes crónicos. Los farmacéuticos, que en este sentido están un poco fuera del sistema, tienen que participar en estas pruebas para demostrar que la farmacia es parte del entramado real organizativo que hace falta para hacer bien el trato a los crónicos. En lugar de escribir un decreto o una ley diciendo cómo tiene que estar organizada la farmacia en relación a Osakidetza en el ámbito local, prefiero que participen e intenten incorporarse a los equipos de demostración local.

P. Y aparte de esa faceta más experimental…

R. Más allá de eso está la receta electrónica, que en Euskadi se va a fortalecer durante el próximo año y medio. Pero eso no resuelve toda la dinámica de mejora de crónicos.

P. Que el paciente es el eje del sistema, ¿es real o sólo una frase?

R. Todavía es una frase, no demagógica, en el sentido de que muchos aspiran a eso. Pero en este momento el sistema está más organizado para las necesidades de los gerentes. El análisis de las vías clínicas confirma que no está orientado al ciudadano. Para que lo esté hay que dejar de decir grandes frases en el centro de la organización y dejar que un grupo en cualquier sitio de cualquier comunidad pueda decir cómo puede hacer circular mejor los pacientes, más rápido, ahorrando dinero y dando más calidad.

P. ¿Ése es el eje de cambio?

R. Sí, de lo contrario el paciente seguirá teniendo que adaptarse a la organización, en lugar de la organización al paciente. Para no quedarnos otros diez años en frases que ya suenan huecas a todo el mundo hay que abrir espacios de demostración.

P. ¿Cómo podría extrapolarse esta reforma al SNS?

R. Convendría. De hecho, en algunas, como Andalucía, Galicia o Cataluña, ya se están haciendo cosas sobre las que se podría construir. Se trata de ir con ideas muy concretas al ámbito nacional. La relación con una necesidad más nacional está en relación con la discusión sobre la sostenibilidad del SNS, de la que se sigue hablando desde hace tantos años, y que vuelve al circuito de decisión técnica o política de forma recurrente. La reorganización de un sistema para crónicos sería una de las líneas clave para trabajar la sostenibilidad del sistema de salud. Todos los que creemos en un sistema eminentemente público, con complementariedad de lo privado, sabemos que es necesario empezar a hacer otra cosa. Nosotros lo haremos porque queremos que el sistema vasco sea sostenible, pero convendría que fuera un movimiento nacional.

P. ¿Siguen sus presupuestos la tónica del resto del SNS?

R. El Gobierno ha hecho un gran esfuerzo de endeudamiento para mantener la batería social en Sanidad, Educación y Servicios Sociales. Eso no quiere decir que no tengamos que hacer recortes en esos tres grupos. Sabemos que vamos a tener que limitar los conciertos, que estamos en un momento de crecimiento bajo y que tenemos que tomar decisiones en farmacia.

P. ¿Alguna cifra concreta?

R. En este momento no, pero vamos a tener que seguir la misma lógica presupuestaria que las demás comunidades. Todo está relacionado con la discusión necesaria sobre la sostenibilidad del sistema. Habrá que introducir medidas a corto y largo plazo. Tenemos ideas, pero todos nuestros presupuestos tendrán que verse bajo un punto de vista restrictivo durante 2010. En mi caso son unos 3.600 millones de euros.