Redacción Madrid | viernes, 21 de septiembre de 2012 h |

La Comunidad Valenciana continúa esperando que llegue el dinero estatal en forma del Fondo de Liquidez Autonómico (FLA) antes de formalizar un calendario de pagos con las boticas. Sin embargo, su consejero de Sanidad, Luis Rosado, cree que la situación “ha mejorado” y reitera que estos pagos son prioritarios para el gobierno regional. “Jamás vamos a dejar de pagar las deudas por la salud de los ciudadanos”, aseguró en una entrevista concedida al informativo especial de ¡Toma Medicina!, que condujo Santiago de Quiroga en Intereconomía, espació producido por el Grupo Contenidos y que contó con la colaboración de Roche.

Hoy, la actualidad de cualquier rama de la Administración debe leerse en clave de restricciones presupuestarias. La falta de equilibrio entre los ingresos y los gastos es común a muchas comunidades. De momento, la valenciana es una de las tres que formalmente han solicitado el rescate al FLA, aunque Rosado explica que su problema no es el mismo que otras comunidades, en referencia a Cataluña, “que se han estado planteando otro tipo de expansión o diferenciación”.

Asimismo, Rosado insistió en que no quieren diferenciarse, “simplemente tener el dinero de la media”, e incidió en la infrafinanciación histórica que sufre la Comunidad Valenciana, la penúltima en recursos, por delante solo de Canarias. Por cada ciudadano (y la región tiene cinco millones), su consejería maneja unos 300 euros menos que cualquier ciudadano de la media española. Para poder llegar a los mismos niveles de calidad en la asistencia, únicamente ha podido hacer una cosa: gestionar lo más eficientemente posible con menos recursos.

No bajar más los precios

Pero ello, sumado a las medidas implementadas en política farmacéutica por el Gobierno central, ha trasladado al sector una tensión que va más allá de los pagos a las farmacias. Antes, por ejemplo, ya había referencias de medicamentos que se distribuían a pérdidas. Pero hoy, según alertó Antonio Abril, presidente de Fedifar, la patronal española de la distribución, “son muchísimas”. De hecho en 2013 se van a cerrar, según su opinión, “bastantes almacenes” y se van a perder bastantes servicios que de continuar las circunstancias actuales serán imposibles de mantener.

La patronal lanzó al consejero un guante para ayudar a desarrollar el modelo de ahorrar sin perder eficiencia, pero solicitó de él una reflexión sobre el modelo retributivo. Rosado señaló que el modelo valenciano incluirá mejoras económicas, así como de gestión interna. Asimismo, aunque aseguró que hay “mucha beta” para ahorrar sin tocar las prestaciones sanitarias, sí lanzó un mensaje alentador de cara al sector: consciente de la situación que arrastra, las medidas no deberían ir, en principio, a seguir reduciendo el precio de los medicamentos.

“Bajar más los precios supone romper el equilibrio entre la industria, la distribución, la farmacia, los médicos, el Estado y las comunidades autónomas. Si se rompe uno, rompemos a todos”, señaló el consejero, que aprovechó para partir una lanza en favor de Ana Mato, cuya reforma sanitaria, dijo “no toca precios, sino la frecuentación de la receta” e introduce mecanismos para evitar “una compra inadecuada”.

Durante este año, Rosado cree que se ha demostrado que es posible ser más eficiente sin perder en la prestación sanitaria. El reto aguarda ahora a otros campos, como el de la investigación biomédica. Por un lado, la Comunidad Valenciana está aún inmersa en la apuesta que inició para conseguir que el centro Príncipe Felipe fuera capaz de “buscar la autosostenibilidad de la investigación, vivir, no de las subvenciones”.

Para ello, se están estableciendo colaboraciones con otras entidades y contactos con grupos como Roche en el campo de la Genómica, que aprovechen los puntos de excelencia como camino a la autosuficiencia. Fuera de la región, el peligro que hay que evitar, como mencionó Jaime del Barrio, director del Instituto Roche, es que los 17 servicios de salud suponga un acceso diferente a la investigación, así como que los recortes impidan financiar el futuro a corto plazo de la medicina personalizada. Rosado reconoció que hay que ser “visionario” en Sanidad. “Si somos capaces de tratar a cada paciente de forma individualizada tendremos que hacer inversiones pero será una sanidad mucho sostenible y barata, porque mejoraremos la precisión”, concluyó.