Santiago de Quiroga
Presidente Editor de EG
| viernes, 24 de junio de 2016 h |

Unos van y otro vienen. Poner decisiones de consecuencias impredecibles en manos de la población general se parece más a una insensatez que a un ejercicio de democracia. ¿Qué ocurriría si en España se preguntara a la población general sobre la conveniencia de seguir pagando el IRPF? ¿Alguien duda que la población se debatiría a partes iguales entre pagar o no pagar este impuesto? Como en todo, hay planteamientos responsables y otros que son una insensatez. Y en materia sanitaria es preciso que los que saben tomen sus decisiones, y los que saben deben preocuparse por seguir aprendiendo. Por eso es tan importante la formación médica continuada y que los pacientes sean “expertos” en su patologías.

Como ya dejamos entrever desde esta misma columna hace unos meses, Portugal y España se aproximan cada vez más a ser un mercado de 60 millones de habitantes, a la altura de la ya fuera de la UE, Reino Unido, Francia o Italia. Una capacidad de gestión y compra que se quiere poner en valor por parte de las administraciones lusas y españolas. Algunas compañías ya incluyen una gestión conjunta de ‘Iberia’ incorporando ciertas estructuras de decisión comunes, con el consiguiente beneficio. Un gran defensor de una colaboració abierta ha sido Agustin Rivero, DG de Cartera Básica y Farmacia, que siempre ha creído en la buena sintonía y espíritu colaborador abierto de nuestros vecinos. En sus inicios, la colaboración debía llevarse a cabo entre España, Italia, Portugal y Grecia, pero la mala economía de unos y la desconfianza de otros ha dejado a España y Portugal como únicos socios. Rivero viajará en julio a Portugal para negociar una posible negociación conjunta de precios, según informa EG en este número. Llevamos cientos de años conviviendo de manera muy cordial, y quizás ha llegado el momento de que España y Portugal avancen más en materia farmacéutica. Además, la fuerte influencia de Reino Unido, un país con fuertes vínculos con Portugal, puede verse afectada.

Aunque la salida de Reino Unido de la UE es un hecho perjudicial para todos los países, hay que mirar al futuro y comenzar a pensar en las oportunidades que se abren, si se peca de optimista. El aspecto más relevante para el sector es la sede de la Agencia Europea del Medicamento (European Medicines Agency) que está en Londres desde 1995. Suecia se apresuró a ofrecerse a comienzos de este año como sede alternativa ante lo que ya es hoy una realidad, el Brexit. Los 600 empleados de la EMA son el corazón de un entramado de agencias nacionales que participan activamente, pero también el lugar en donde la industria acude en sus negociaciones con las autoridades europeas, y lugar de muchos de los numerosos comités de expertos. Una actividad frenética alrededor de la aprobación de los medicamentos en la UE que es motor de influencia y riqueza. España podría optar a dicha sede, desde Madrid o Barcelona, pero para ello debería poner en marcha una intensa campaña, como la que estará ya llevando a cabo Suecia, cuna de los Premios Nobel. Si las cosas van a cambiar tras las elecciones de este Domingo, este podría ser un gran paso: unir esfuerzos de todos para atraer la EMA a España.

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Agustin Rivero viajará en los primeros días de Julio a Portugal para concretar la negociación conjunta de precios.

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