| domingo, 05 de julio de 2009 h |

Tina Díaz

Barcelona

Pregunta. ¿Cuál es la situación actual de Fefac?

Respuesta. Fefac, la empresarial catalana de farmacias que aglutina a las cuatro empresariales provinciales: Barcelona, Lérida, Tarragona y Gerona, y que aglutina a unos 1.700 titulares de oficina de farmacia, acaba de renovar su Junta directiva y, con este cambio, doy inicio mi etapa como presidente al sustituir en el cargo a Ramón Casanovas.

P. ¿Qué propósitos tiene como nuevo presidente de la patronal?

R. Los principales objetivos pasan por potenciar los servicios que ofrece Fefac, y también nos esforzaremos en hacer más visible la empresarial. Queremos incrementar nuestra representatividad en los órganos donde se toman decisiones que afectan a nuestro sector, ser en estas instituciones más proactivos y llevar a cabo actuaciones para que las normativas que nos afectan favorezcan lo máximo posible a nuestros socios.

P. ¿Cómo se puede hacer más visible de cara al asociado?

R. Me refiero a que es importante que éste nos conozca más y conozca los servicios que Fefac le ofrece y, si bien es muy importante el número de socios, lo es también que éstos puedan darnos a conocer su opinión. Por lo tanto, tenemos de realizar un esfuerzo doble. Por un lado, de cara al asociado, para hacer llegar su opinión. Por otro, por nuestra parte, para articular mecanismos que faciliten que se oiga su voz y para que participen activamente en los órganos de gobierno de la asociación.

P. ¿Cómo pretende la Junta directiva reforzar el área de servicios al asociado?

R. Para nosotros, los servicios que ofrecemos son importantes: la bolsa de trabajo, el asesoramiento legal, aspectos de formación o acuerdos que alcanzamos con diferentes proveedores de servicios para que nuestros asociados tengan condiciones ventajosas.

P. Isabel Vallejo, presidenta de FEFE, ha anunciado que no se presentará a la reelección. ¿Puede desbloquearse con su salida la situación existente entre FEFE y Fenofar y haber reconciliación entre patronales?

R. Ante todo quiero aclarar que ambas patronales no están enfrentadas. Nuestra intención es que la relación sea correcta y, si procede, que pueda haber colaboraciones conjuntas en determinados temas. Respecto a Isabel Vallejo, su marcha de FEFE no implica necesariamente un desbloqueo de la situación. Considero que no se trata de personas sino de instituciones. Es decir, que las asociaciones no son solamente una persona, sino que detrás siempre hay un equipo.

P. ¿Hay alguna posibilidad de que, en un futuro, vuelvan a reintegrarse Fefac y FEFE?

R. Aunque para nosotros, en este momento, esta cuestión no es prioritaria, no cerramos ninguna puerta. Si se dan las circunstancias oportunas, no lo descartamos en un futuro.

P. En Cataluña, Barcelona tiene un convenio colectivo de oficinas de farmacia propio mientras que el resto de provincias comparte el nacional. ¿Es una situación ideal?

R. En cuanto a la posibilidad de contar con un nuevo convenio catalán, las ideas, o en este caso las normativas, cuanto más cerca del territorio se hagan mejores pueden ser para el sector afectado. Quiero decir que este tema podría plantearse en un futuro, pero tenemos que ser muy prudentes, porque un convenio es una cosa muy seria y con muchas implicaciones en el sector, tanto para la parte empresarial como para la parte trabajadora. Por tanto, antes de lanzarnos tras este objetivo debemos las tres empresariales catalanas afectadas realizar un proceso de reflexión y convergencia importante. En cualquier caso, el bloqueo del nuevo convenio nacional crea confusión e incomodidad entre el colectivo. En este asunto, la Audiencia Nacional nos ha vuelto a dar la razón recientemente, con la ratificación de la anulación del convenio que quiso sacar adelante FEFE sin contar con Fenofar.

P. Sigamos en el plano económico. ¿Cómo afecta la situación actual a la rentabilidad de las farmacias?

R. Hay medidas económicas que penalizan a la oficina de farmacia, como la revisión de precios o la aplicación de los descuentos por volumen de facturación, que se empezaron a aplicar cuando la realidad de la oficina de farmacia era otra. Sin embargo, en estos momentos el escenario es distinto y la situación financiera está más erosionada, por lo que habría que revisar unas medidas que nunca deberían haber sido definitivas, sino coyunturales.

P. ¿Se pone en riesgo la viabilidad?

R. Es el efecto conjunto de la suma de diferentes medidas parciales tomadas por la Administración a lo largo del tiempo, lo que ha provocado una contribución de la farmacia al sistema sanitario más allá de la razonable, puesto que ataca directamente a su viabilidad presente y futura. Por poner un ejemplo, la revisión semestral de los precios menores, que se ha producido este 1 de julio, supone otro lastre para la farmacia y crea inestabilidad en el sector.

P. En relación al pago por servicios en oficinas de farmacia. ¿Cree que éstos deben ser retribuidos?

R. Está claro que con menos de dos euros que cuesta un paracetamol no se puede pedir al farmacéutico que desarrolle toda una serie de servicios complementarios. Las farmacias, sobre todo las pequeñas, difícilmente podrían soportarlo o, como mínimo, sería complicado garantizar la calidad de los mismos. El Departamento de Salud de Cataluña ha expresado públicamente su intención de retribuir servicios de valor añadido, pero debe concretarlo y tener en cuenta que la realización de este tipo de actividades comporta un ahorro para el sistema sanitario y un coste para la farmacia.

P. ¿Qué piensa sobre la legislación de las residencias geriátricas que está pendiente de publicación?

R. Desconocemos con exactitud el texto definitivo del decreto definitivo, pero tememos que en algunos puntos será demasiado inconcreto. No establecerá qué servicios exactos debe desarrollar la farmacia en la prestación a estos centros socio-residenciales, o de qué modo van acreditar las farmacias que están capacitadas para el desarrollo de estos servicios. Fefac ya dijo que una farmacia está capacitada para realizar esta actividad en las residencias. El modelo de retribución que plantea el decreto, basado en el coste del medicamento a precio de compra laboratorio, un coste logístico y una cantidad por paciente y día, también es cuestionable en función de las ponderaciones o valoraciones de cada elemento variable.