J. Ruiz-Tagle Madrid | viernes, 01 de julio de 2016 h |

El 26 de junio trajo unos resultados electorales menos endiablados que los del 20 de diciembre pero que necesitan altura de miras política y mano izquierda negociadora para formar un gobierno. La iniciativa, esta vez sí, la tomará el Partido Popular y el primer objetivo de Mariano Rajoy para conseguir repetir en La Moncloa es un pacto con fuerzas nacionales. La sanidad jugará un papel protagonista en estas negociaciones a tenor de las pretensiones de los distintos grupos políticos.

El escenario ideal que maneja el PP es conseguir atraer a Ciudadanos y asegurarse la abstención del PSOE. El ex secretario general de Sanidad, Rubén Moreno, asegura que “su partido no es de dogmas ni de líneas rojas” pero sí señala lo que es irrenunciable para su formación: “Todo aquello que favorezca la calidad, la cohesión, la equidad y la seguridad en la asistencia, así como la sostenibilidad y la solvencia del modelo”, explica a EG. Para ello, Moreno ve clave que los partidos sean capaces de alinear posiciones en materias cardinales “como la salud pública, la cartera de servicios, la ordenación profesional y la prestación farmacéutica, entre otras”.

La posición de Ciudadanos coincide en la base de no imponer líneas rojas y sí “prioridades”. Para la formación naranja esas urgencias pasan por la “sostenibilidad, medición y transparencia, y equidad”, por lo que exigirán avanzar en un nuevo sistema de financiación autonómica que fortalezca el Sistema Nacional de Salud, según señala Francisco Igea, portavoz de Sanidad de Ciudadanos. Una exigencia que también es compartida por su homólogo socialista, Jesús María Fernández, quien además señala “la supresión del modelo actual de copago y la universalidad en la asistencia sanitaria” como puntos irrenunciables para considerar su abstención.

Como puntos secundarios que los partidos podrían dejar en el cajón para no torpedear las negociaciones de gobierno se sitúan cualquiera otros que apareciesen en sus programas. Moreno explica que “es momento de poner en común, de sumar, para agilizar la consecución de esos objetivos y mejorar los resultados del sistema, especialmente en términos de salud”. Por ello, para el representante popular, la pregunta clave que debe sobrevolar la mesa de negociación es si beneficiaría al paciente a corto y largo plazo cualquiera de las medidas que se pongan encima de la mesa “y contestarla con datos objetivos y no con términos partidarios”. En estos términos, Igea señala que sus cesiones serán “cualquier ambición personal o de partido” pero en ningún caso se renunciará a “pelear por la igualdad de los españoles en el acceso al tratamiento”.

De forma similar se pronuncia Fernández. El socialista no cree que haya temas sanitarios que “puedan ser una dificultad para llegar a un acuerdo”, pero sí señala sus tres pretensiones como necesarias para llegar al consenso. “Si cumplimos suficiencia financiera, derecho a la sanidad para todos y eliminación de copagos, creo que en los demás aspectos en los que podríamos acordar un programa sanitario no habría dificultad”, sentencia. Esos temas serían, según Fernández, fortalecer el Consejo Interterritorial, la incorporación de la innovación terapéutica y la mejora del sistema de cooperación entre comunidades autónomas.

Para buscar la cuadratura del círculo que permita a Mariano Rajoy ser investido, Moreno aboga por buscar sinergias y olvidar otras cuestiones. “Los partidos siempre hemos tenido y tendremos diferencias al afrontar las necesidades de los pacientes, de los profesionales, de la industria… del sector sanitario en su conjunto. Pero estamos ante una situación que requiere entendimiento y debemos ser constructivos y aunar esfuerzos y posiciones para consolidar y desarrollar nuestro modelo asistencial”, sentencia.

Pactos con nacionalistas

Otra de las opciones que se barajan en el Partido Popular es acercar posturas con el PNV y Coalición Canaria para forzar al PSOE a una abstención. En este caso, las políticas sanitarias de ambas formaciones han girado en torno a la supresión de los copagos y la reforma de financiación autonómica, muy en línea con las exigencias de los socialistas. Se trataría de una opción que podría facilitar la abstención del PSOE y dejar fuera a Ciudadanos si la formación de Albert Rivera exige algunas cabezas (como la del mismo Rajoy) al Partido Popular.