Empiezan a generalizarse medidas de contención en el gasto de los hospitales

Las comunidades creen que hay margen de maniobra antes de hablar de copago

| 2010-01-22T16:10:00+01:00 h |

Nuevos enfoques para temas recurrentes

Según el Plan de Acción para la Mejora en el Uso de los Medicamentos de Murcia, diseñar una estrategia de acción sobre el uso racional de los medicamentos exige contemplar el hecho de que estamos ante una iniciativa propuesta en múltiples ocasiones a los profesionales. Esto conlleva a que ya tienen ideas preconcebidas y que pueden valorarla como ‘un poco más de lo mismo’.

Esta situación de déjà vu obliga a ser muy prudente en algunas iniciativas, sobre todo aquellas que, o bien de tanto repetirse empiezan a resultar manidas o aquellas otras que acumulan ya múltiples fórmulas, casi todas difíciles de gestionar y establecer. En el primer grupo se podría incluir el impulso de la evaluación económica como soporte a la prescripción. País Vasco y Cataluña apuestan claramente por ello para 2010.

La visita médica forma parte del otro apartado, y es lo que ha impulsado a Murcia a reorientar el modelo clásico. “Lo que queremos es convertirla en actos de formación, divulgación y difusión a los profesionales en acciones que interesen a todas las partes”, explica Asensio López. La región ya ensaya un nuevo modelo, en el que las compañías son invitadas a participar en intervenciones concretas dirigidas a los profesionales y orquestadas en contenidos por la consejería. Ya se ha puesto en marcha, por ejemplo, una acción en ictus, que incluía 500 horas de formación para los profesionales. A ella se invitó a una compañía con productos en riesgo cardiovascular. Salud organizó los contenidos y dio la formación; los visitadores hacían de intermediarios ante los profesionales y ejercitaban así su visita médica.

carlos b. rodríguez

Madrid

Muchos autores afirman que no hay terreno más complejo en la política sanitaria actual que el del medicamento. De las numerosas experiencias de intervención acumuladas, a nivel nacional e internacional, sólo han triunfado aquellas que se han planificado a largo plazo, han sido evaluadas de manera permanente y han incorporado actuaciones en la mayoría de los factores que interactúan un uso racional de los medicamentos. Las regiones toman nota en un momento de crecimiento imparable de la factura. De las medidas que llevarán a cabo en 2010, todas tienen un elemento en común: queda aún mucho margen antes de hablar de copago.

Así al menos lo cree Asensio López, coordinador del Plan de Acción que Murcia puso en marcha el año pasado para mejorar el uso de los medicamentos. La región tiene ya a centenares de profesionales que trabajan en distintos grupos e intervenciones con un único criterio: implantar la cultura de la gestión del medicamento. Sus responsables se muestran prudentes a la hora de avanzar un objetivo de ahorro para este año, aunque, de momento, en 2009 no les fue mal. A falta de conocer los datos de la factura de diciembre, Murcia espera estar en torno al crecimiento cero, o incluso en situación de ahorro.

La realidad explica el nacimiento de este plan y de foros como los que se crean en varias comunidades autónomas para estudiar el gasto farmacéutico desde un enfoque integral. Representa una cuarta parte de la factura sanitaria del SNS, y los cálculos para el futuro han encendido todas las alarmas vinculadas a la sostenibilidad financiera del sistema. El crecimiento cero al que ha llegado Murcia es, de hecho, un objetivo al que todas las comunidades quieren llegar. El consejero de Sanidad valenciano, Manuel Cervera, lo quiere para el resto de la legislatura, y pretende hacerlo posible con una batería de medidas que podrían reportar a las arcas autonómicas un ahorro de 152 millones de euros.

Les toca a los hospitales

Como gran novedad, podría decirse que, una vez que el trabajo de contención en Atención Primaria acumula más de 20 años de experiencia, tiende a generalizarse la idea de que ahora toca incidir en el ámbito hospitalario. Es, por ejemplo, uno de los grandes retos del plan de Murcia, que para este año se propone que todos sus servicios hospitalarios lleven marcados unos objetivos en gestión del medicamento, como los que ya tienen en los centros de salud, gracias a la implantación de guías clínicas.

Este punto toca a todos los medicamentos, tanto los nuevos como los ya aprobados. Pero más allá se extiende la fórmula iniciada por Andalucía y continuada por comunidades como Cantabria o Madrid, entre otras, de crear Consejos Asesores de Farmacia, más centrados en innovaciones a nivel regional. Hay quien aboga, sin embargo, por unos consejos globales para todo el SNS. “Para qué hacer consejos autonómicos si se puede hacer para todos”, dice José Luis Sánchez Chorro, subdirector de Farmacia del Servicio Extremeño de Salud. Ante la ausencia de un organismo de este tipo, o de un NICE nacional como el que quiere crear el País Vasco, Extremadura o Murcia son dos de las regiones que pronto podrían contar con sus consejos regionales.

Enemigo crónico

El envejecimiento de la población es otra realidad que cada vez menos consejerías pueden obviar. Hacer frente a la cronicidad es el eje de la política sanitaria vasca para toda la legislatura, y una pata básica en otras regiones, como Galicia. La revisión de las historias farmacoterapéuticas de crónicos polimedicados y estrategias de Atención Farmacéutica se perfilan como las apuestas más repetidas, junto con el mayor control en residencias. En este sentido, el Servicio Valenciano de la Salud será el primero en suministrar a residencias a través de orden médica y no por receta, así como el primero en utilizar envases clínicos para controlar a los residentes y reducir además los costes de la prestación en 13 millones de euros.

En este punto, la educación al paciente, es fundamental, y casi la única medida relevante por la que apuestan las comunidades para frenar la demanda, auténtica impulsora de la factura. Se trata, como dice López, de convertirlos en “agentes que cuiden del medicamento”, tanto del que tienen en casa como de aquel que solicitan al médico quizá sin necesidad, algo que ofrece muchas más opciones en el caso de la e-receta. Por eso en Extremadura, en la hoja informativa que se lleva el paciente tras una visita al médico ya se incluye información para concienciar al usuario de no acumular fármacos sin necesidad.

PPA y precios de referencia

Entre las políticas consolidadas, dos ocupan una posición privilegiada. Por un lado, la prescripción por principio activo, de la que Andalucía es todavía el referente. La experiencia acumulada por comunidades y países ha enseñado que marcarse objetivos muy inmediatos es un error, sobre todo, porque al final es una decisión que tiene que tomar los profesionales.

Pese a ello, siempre hay maneras de fomentar una prescripción de calidad: bien gracias a la monitorización de los nuevos medicamentos, especialmente de aquellos con aportación terapéutica limitada respecto de alternativas existentes (Cataluña) o a los incentivos al prescriptor por reducción de costes (Comunidad Valenciana y Cataluña). También son cada vez más frecuentes los sistemas informáticos que permiten determinar los principios activos que mejor pueden ser utilizados en términos económicos.

Además, las comunidades confían todavía en los precios de referencia, con unos objetivos que pese a todo registran cierta variabilidad. La mayoría apuesta por fomentar la prescripción de genéricos y medicamentos incluidos, pero parece cosa hecha que el sistema basado en equivalentes terapéuticos será a partir de ahora una constante en los debates sobre las futuras órdenes de precios. Durante su comparecencia ante el Parlamento valenciano, Cervera mencionó ésta como una de las medidas “a corto plazo” que aprobará el Interterritorial y permitirán a las comunidades un ahorro extra.

Sólo en la región, este sistema podría representar una disminución de costes del 5 por ciento de la factura farmacéutica, es decir, 85 millones de euros anuales.