El Europarlamento propone a los Estados un listado de recetas complementarias
Una receta comunitaria permitiría garantizar la interoperabilidad en la UE
carlos b. rodríguez
Madrid
Durante la última década la inactividad política ha dejado todas las cuestiones relativas a la movilidad de los pacientes en manos del Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas (TJCE). Evitar que el único papel de las autoridades sea pagar las impredecibles facturas derivadas de ese hecho es el objeto de la directiva de sanidad transfronteriza que el Europarlamento aprobó la semana pasada y que, no obstante, deja aún algunas lagunas. Entre ellas, el reconocimiento mutuo de las recetas. Este asunto compete a los estados y puede ser el origen de asuntos cuestionables para el TJCE si no se gestiona “de manera sensata y sensible”, según el informe del Parlamento Europeo.
Sin duda, es deseable que una farmacia del país de origen reconozca y dispense una receta emitida por un médico de otro país. Este proceso implicaría el acceso a un registro de facultativos médicos cualificados y autorizados para emitir recetas. Pero el problema es más complicado. Generalmente, se reconoce que corresponde a los Estados decidir los fármacos que pueden adquirirse con receta. Por este motivo, si un paciente se desplaza al extranjero y se le receta un tratamiento de fármacos que no están disponibles en el país de origen, el paciente tiene actualmente que arreglarse con lo que hay disponible ‘en su casa’, o volver al país en el que ha recibido el tratamiento, o correr el riesgo de adquirirlos en Internet.
Ninguna de las tres respuestas convence al Europarlamento, que en su informe opta por que los Estados acepten, “como parte de una lista de recetas complementarias, los fármacos recetados como parte del tratamiento en el contexto de la sanidad transfronteriza”, sin perjuicio de la validez de las normas nacionales de fijación de precios y reembolsos o normativas de sustitución por genéricos. Así consta en algunas de las enmiendas incluidas en la propuesta de la Comisión que los europarlamentarios votaron en el último Pleno.
Pero el reconocimiento mutuo de las recetas conlleva más dificultades. Por un lado, la interoperabilidad de las mismas, que la Comisión quiere solventar con un “modelo comunitario de receta”. Por otro, las legislaciones sobre las farmacias en Internet. La directiva aclara que no afecta a la permisibilidad de las prohibiciones de compraventa por correspondencia de medicamentos de receta.
Reembolso garantizado
La principal novedad que introduce la normativa es que los gastos no hospitalarios y la compra de productos relacionados con la asistencia sanitaria no estarán sometidos a la concesión de una autorización previa. En cambio, los países sí podrán mantener dicha autorización para los tratamientos de asistencia hospitalaria.
Según el procedimiento propuesto, los pacientes tendrían que pagar primero y más tarde se les devolvería el dinero. Los eurodiputados coinciden con la Comisión en que los pacientes deben recibir el reembolso equivalente al que se les habría abonado en su país, aunque añaden que los Estados podrán decidir si cubren otros costes relacionados.
Más allá, la propuesta resalta que afecta a los pacientes, no a la circulación de los profesionales sanitarios en la UE, objeto de una propuesta independiente desde que la asistencia sanitaria se excluyó de la directiva de servicios.