| domingo, 26 de octubre de 2008 h |

Sandra melgarejo

Madrid

Por primera vez, un estudio ha demostrado que el fármaco rasagilina (comercializado por la compañía Lundbeck como Azilect) puede retrasar la progresión de la enfermedad de Parkinson (EP). Los resultados del estudio Adagio son “el inicio de una nueva etapa” en la investigación de fármacos neuroprotectores, según aseguró José Obeso, profesor de Neurología e investigador en el CIMA de la Universidad de Navarra.

Adagio involucró a 1.176 pacientes de 129 centros distribuidos en 14 países (Estados Unidos y Europa). Se trata de “uno de los estudios más amplios jamás realizados en EP y el primero que se hace en pacientes con una progresión de la enfermedad tan temprana (una media de 4,5 meses)”, afirmó Fabrizio Stocchi, director del Centro de Investigación de EP y Trastornos del Movimiento San Raffaele de Roma. El estudio confirmó el efecto modificador del curso de la EP en estado precoz para la dosis de 1 mg al día.

Según Stocchi, los resultados obtenidos avalan el uso temprano del fármaco como tratamiento de primera elección. Si a esto se añade que se administra una vez al día y que es bien tolerado, el tratamiento con rasagilina “desde el punto de vista práctico es incuestionable”, añadió Obeso.

El fármaco ralentiza la pérdida de neuronas dopaminérgicas y actúa sobre los síntomas no motores. El reto terapéutico primordial en párkinson es detener la progresión de la enfermedad. Los datos de Adagio son esperanzadores porque demuestran cambios en la evolución, “pero distan de ser perfectos, hay mucho que avanzar para lograr un impacto importante”, reconoció Obeso.