| domingo, 24 de mayo de 2009 h |

Charlie McCreevy

En la batalla por la liberalización del sector de oficinas de farmacia en Europa hay quien ha salido victorioso y hay quien ha sufrido la peor de las derrotas. Unos que se retiran con el regusto del deber cumplido, como en el caso de los presidentes de los farmacéuticos españoles, Pedro Capilla, y franceses, Jean Parrot, y otros que se retiran con el amargo sabor de haber perseguido sombras durante los últimos años. Este último caso lo personifica el todavía comisario europeo de Mercado Interior, Charlie McCreevy, cuyo empeño por imponer, a toda costa, las reglas de mercado a los modelos farmacéuticos de todos los Estados miembro ha ido más allá de lo admisible. McCreevy ha chocado contra su propia arrogancia y ha sido derribado a causa de su inflexible cintura.