Juan Carlos Mampaso
Al director general de Sigre alguien le ha estado engañando desde hace seis años y medio. Eso es lo que ha destapado el escándalo de las incineraciones de productos farmacéuticos que, según la empresa encargada de hacerlo, Sogama, nunca se llevaron a cabo, a pesar que durante este tiempo desde esta empresa se afirmaba lo contrario. Y en medio de todo, una empresa de gestión, Danigal, que era la que finalmente remitía las facturas al Sigre indicando que las incineraciones se habían llevado a cabo. Algo huele mal en todo este asunto y el director general de Sigre debe depurar responsabilidades con urgencia y, al mismo tiempo, poner el caso en manos de los tribunales para que éstos también las depuren. Al menos por un delito de estafa. A más, por uno ecológico.