Alfonso Jiménez
Una vez más la gran mayoría de las alegaciones del sector a la OPR han ido a parar a la papelera. Realidad que ya es una tónica que no sorprende a la mayoría y que muestra que, con alguna excepción, se trata solo de un trámite obligado que no se busca enriquecer y mejorar los textos con las ideas del sector. Una realidad que duele más al recordar las prisas que se metieron a los agentes el pasado mes de julio para que aportaran sus alegaciones, ya que Sanidad había tramitado por la vía de urgencia la OPR. Sólo tuvieron una semana de plazo, mientras que el ministerio ha pasado dos meses con el texto en stand-by. Sólo dos cuestiones libran al director general de Farmacia del rojo en este semáforo: la marcha atrás en las actualizaciones mensuales de los precios menores y lo referido a las innovaciones galénicas.