alberto cornejo Madrid | viernes, 24 de enero de 2014 h |

Patronales farmacéuticas y sindicatos han alcanzado un principio de acuerdo sobre el contenido del XXIV convenio colectivo de oficinas de farmacias. Esta noticia se gestó la semana pasada, pero bien podría haberse publicado en cualquiera de las ediciones de EG desde enero de 2011, fecha en la que tendría que haber entrado en vigor este texto y desde la cual se venía intentado alcanzar un acuerdo. Sin embargo, ha sido ahora cuando ambas partes han concretado el contenido de este convenio y de la forma más imprevista posible: cuando lo habían dado por imposible y reclamado la ayuda del arbitraje. Precisamente, por haber solicitado ya la mediación, y aunque se trate de una propuesta consensuada, será el árbitro Tomas Sala quien tenga que validarlo. Todo lo que no suponga obtener su visto bueno sería añadir complicaciones innecesarias.

La secuencia de los hechos es rocambolesca pero con final feliz. Toda vez que el pasado 31 de diciembre expiró el plazo que patronales (FEFE y Fenofar) y sindicatos (CC.OO., UGT, Fetrafa y UTF) se habían impuesto para alcanzar un acuerdo, entró en escena el Sistema Interprovincial de Mediación y Arbitraje (SIMA). Fue aquí donde se reflejó el único atisbo de consenso en los últimos años: la elección por unanimidad de Tomás Sala como mediador.

Sala citó el 20 de enero a patronales y sindicatos a una primera reunión para conocer sus propuestas en cuestiones como incrementos salariales o duración de jornada anual, sobre las que basar su decisión. Un encuentro cuyos resultados no gustaron ni a unos ni otros, ya que todos salieron del mismo con la creencia de que sería “difícil” que Sala se plegase íntegramente a sus reivindicaciones.

Esta sensación fue la que provocó una reunión posterior al margen de la mantenida con el árbitro, en la que se decidió volver al objetivo en el que se embarcaron en 2011: la elaboración de una propuesta común de XXIV convenio colectivo y que será enviada (presumiblemente esta semana) al árbitro para su conocimiento y aprobación. Así, todos contentos: Sala tendrá sobre la mesa un documento que evita la toma de decisiones que, a buen seguro, no gustarían a todos por igual y estos descartan la ‘lotería’ que supone la mediación.

EG ha podido saber que, salvo cambios de última hora, el contenido del que será el XXIV convenio colectivo de farmacias contiene las principales reivindicaciones que ambas partes venían planteándose, y rechazando, en las reuniones de la mesa negociadora celebradas en los últimos meses. Por ejemplo, los sindicatos se habrían llevado el gato al agua respecto a las cuestiones económicas, ya que el texto enviado al SIMA refleja un incremento salarial del 4,5 por ciento para el periodo 2014-2017, a razón de aumentos anuales del 1,125 por ciento. Un porcentaje que se aproxima mucho a sus reclamos, mientras que cabe recordar que las patronales comenzaron la negociación anclados en una subida del 3 por ciento.

Por su parte, una vigencia de cuatro años del nuevo convenio, hasta 2017, ha sido siempre la apuesta al respecto del bando empresarial y a la cual se mostraba reacio el bando sindical, que abogaba por una menor duración y negociar lo más pronto posible el que será el XXV convenio colectivo. De momento, tocaría ‘disfrutar’ del XXIV.