Al hombre osado, la fortuna le da la mano. No deben perder de vista este refrán todos aquellos —que son, nunca mejor dicho, todos— que tienen algo que decir en el Pacto por la Sanidad que sobrevuela el SNS y que la semana pasada se debatió en profundidad en Mérida.
Los desafíos están claros: hay que ser más eficiente y riguroso en la incorporación de la innovación y hay que compaginar esto con la sostenibilidad financiera del sistema y con la viabilidad de las compañías sobre las cuales reside la I+D+i.
A la vista está que el reto no es sencillo. Por fortuna, el SNS cuenta con un arma de la que no disponía hace unos meses: una voluntad de llegar a acuerdos y consenso como pocas veces se ha visto. El último CISNS es un buen ejemplo. Ante una crisis de Salud Pública como la planteada por la gripe A, las comunidades no han dudado a la hora de devolver excepcionalmente al ministerio algunas competencias.
Precisamente éste fue uno de los aspectos más resaltados en el debate que sobre el pacto sanitario tuvo lugar en el 16º Congreso de Hospitales. Allí, Castilla-La Mancha y Extremadura se mostraron dispuestas a ceder al ministerio competencias en materia de salud pública y recursos humanos, como garante de la no competencia (o al menos de ésa que no es sana) entre autonomías. En el caso de la salud pública, se aseguraría una actuación coordinada en el manejo de futuras crisis. En el caso de los recursos humanos, también incidiría en la financiación autonómica, pues permitiría pactar el salario de los profesionales, por ejemplo.
Y es la financiación el ojo del huracán. El pacto necesita una base económica, de eso no hay duda, pero hay algo más. Para garantizar la innovación lo primero que hace falta es poner en marcha, de una vez por todas, la evaluación económica. Y para garantizar la sostenibilidad hacen falta también medidas que promuevan el uso racional de los medicamentos. Vuelve insistente el debate de la reforma del copago, no como herramienta recaudatoria, sino como racionalizador de esa demanda. Marina Geli sigue sin renunciar a esta idea. Es el momento de tentar a la fortuna.