El coste del abordaje de la osteoporosis en la UE es de 37.000 millones anuales
Expertos apuestan por implementar el papel de la AP para tratar la enfermedad
Toni Martínez
Valencia
El infradiagnóstico, la inframedicación y la medicalización inadecuada son los grandes restos para abordar la osteoporosis. En este sentido, José Sanfélix, médico de familia del Centro de Salud de Nazaret (Valencia), destacó durante la celebración del Aula Biotecnológica de la Comunidad Valenciana, organizada por Amgen, que todo ello “trae como consecuencia un exceso de fracturas evitables, mayor discapacidad, disminución de la calidad de vida e importantes consecuencias económicas”. Por ese motivo, apostó por un abordaje multidisciplinar, aunque es en la atención primaria, por sus características, “el lugar idóneo para su prevención, detección y tratamiento”. Asimismo, destacó que “se debe evitar el desarrollo de la enfermedad, evitar la primera fractura y, si la hay, reducir el riesgo de que se produzcan nuevas y mejorar así la calidad de vida”.
Por su parte, Joan Quiles, de la Consejería de Sanidad valenciana, presentó los resultados del Plan de Prevención y Control de la Osteoporosis que puso en marcha el Gobierno autonómico en 2003. Su objetivo era disminuir la prevalencia de la enfermedad y la incidencia de fracturas osteoporóticas. A este respecto, resaltó que “fue un plan pionero en su momento, que produjo mejoras en la oferta densitométrica, la rehabilitación y el tratamiento de los pacientes”. Debido a su éxito, se elabora un segundo plan para dar continuidad y mejorar el anterior.
La jornada la clausuró Jordi Martí, director general de Amgen España, que manifestó la necesidad de “trabajar para mejorar la atención y la calidad de vida de los pacientes”, y apostó por “la innovación y la investigación para aportar soluciones”.
Por su parte, Manuel Díaz, presidente de la Fundación Hispana de Osteoporosis y Enfermedades Metabólicas Óseas (Fhoemo), presentó un estudio sobre la realidad entre paciente y profesional médico. La encuesta revela que en España los pacientes creen estar mejor informados sobre la enfermedad de lo que realmente están. Además, muestra deficiencias en el cumplimiento terapéutico, a pesar de que la mayoría de los pacientes dice recibir información de su médico sobre la importancia de seguir el tratamiento. Un punto problemático es que seis de cada diez pacientes aseguran que “no pasa nada” por saltarse una dosis en el tratamiento.