| viernes, 15 de octubre de 2010 h |

Miguel Valdés, director general de la patronal Fedifar

Un año y medio después de la aprobación de los nuevos Estatutos, la Federación de Distribuidores Farmacéuticos (Fedifar) ha demostrado estar a la altura de las circunstancias con la consolidación de las nuevas estructuras y unas fuerzas renovadas para defender los intereses de la distribución de gama completa. Y es que, a lo largo de este año los distribuidores y las oficinas de farmacia nos hemos visto sacudidos por nuevos recortes en los márgenes de beneficio que han hecho tambalearse nuestros cimientos. Pero, una vez más, distribuidores y oficinas de farmacia hemos demostrado que, juntos, podemos.

De hecho, la distribución farmacéutica, encabezada por Fedifar, ha vuelto a constatar su compromiso con los farmacéuticos con soluciones favorables a éstos en la aplicación de los recortes impuestos por el Gobierno. No es ningún secreto que el actual modelo farmacéutico español es inviable sin una distribución de gama completa fuerte. Esto lo saben nuestros socios y clientes, los boticarios, y por ellos, desde Fedifar, trabajamos día a día.

Bajo esta premisa, la patronal seguirá luchando por su consolidación como interlocutor ante el sector y ante las administraciones públicas estatal y autonómicas para defender los derechos de los distribuidores, lo que redundará en el beneficio de la oficina de farmacia. En esta línea, queremos reforzar el organigrama interno con el objeto de mejorar nuestra presencia frente a las comunidades autónomas. Esta labor se tiene que desarrollar en paralelo al trabajo que Fedifar realiza cada día para seguir integrando empresas en una estructura que lucha por los intereses de la distribución farmacéutica.

En este futuro inmediato, lograr la regulación de la distribución farmacéutica, mediante un real decreto que desarrolle la Ley de Garantías, es una prioridad más que urgente para Fedifar. La supervivencia del modelo solidario de suministro depende de ello, más aún con el nuevo escenario económico abierto tras la aprobación de los reales decretos leyes, tanto el 4/2010 como el 8/2010.

Y a más largo plazo, de cara al futuro, hay que plantear la revisión del actual modelo de remuneración de los servicios que presta la distribución farmacéutica, un debate en el que cooperativas y oficinas de farmacia deben ir de la mano. Esta revisión debe ser fruto de una reflexión sosegada, con la mirada puesta en los avances que se están produciendo en otros países de nuestro entorno y en los cambios que ya empiezan a detectarse en la oficina de farmacia y en la distribución en nuestro territorio.

Estos dos grandes objetivos se lograrán si una vez más el binomio indisoluble distribución de gama completa-oficina de farmacia camina de la mano y suma esfuerzos por la defensa de nuestro modelo farmacéutico, uno de los mejores del mundo y de los pocos que garantiza el acceso a los tratamientos a cualquier ciudadano esté dónde esté.