Martín Dos Ramos es director Consumer Care de Bayer HealthCare
El año 2009 no ha sido un año fácil para el mercado del autocuidado de la salud pero, a pesar del entorno económico adverso, ha podido sortear la crisis y ha cerrado con un crecimiento del 5,1 por ciento, que ha sido posible gracias en parte al lanzamiento de productos innovadores. Por ello, en un momento como el que vivimos actualmente, el sector tomaría un fuerte impulso si se agilizasen los trámites relacionados con la autorización y comercialización de los productos.
Y es que, en comparación con otros países europeos, la legislación española es mucho menos flexible a la hora de autorizar nuevas indicaciones y nuevas dosis, de modificar el diseño de los packs, de utilizar las marcas de gama… Un ejemplo claro es el de la publicidad de los medicamentos sin necesidad de prescripción médica, que tiene que ser aprobada por las autoridades sanitarias, mientras que en otros países existe una figura de autocontrol.
Es una cuestión de largo término que tienen tanto la Asociación para el Autocuidado de la Salud (Anefp) como la Asociación Europea de la Industria del Autocuidado (Aesgp), su homóloga europea, en la que están centrando gran parte de sus esfuerzos. En mi opinión, debemos aprovechar más el potencial de los medicamentos sin receta que son fármacos con un perfil de seguridad contrastado, y permiten mejorar la calidad de vida de las personas.
Además, de esta forma se ayudaría a contener el gasto en medicamentos a través de receta que soporta el Estado. Actualmente, el Sistema Nacional de Salud financia fármacos que en algunos casos son utilizados para afecciones menores (y que podrían tratarse con muchos de los productos sin receta disponibles en el mercado), con el consiguiente coste sanitario, coste asistencial y coste de reembolso de los medicamentos.
Toda esta situación redunda en más carga asistencial para la Sanidad y en un acceso menos ágil a medicamentos seguros y probados como son, sin duda, los medicamentos sin receta.
En cuestiones sanitarias, sería muy recomendable que en la Unión Europea existiera una directiva que armonizara estos temas, para que en todos los países de la Unión nos rijamos por unas normas comunes en cuanto a productos, dosis, indicaciones, publicidad…
No obstante, la entrada en vigor de la Ley Ómnibus quizá pueda ayudar a reducir las diferencias que existen entre unos países y otros. Además, tal como ha exigido la Aesgp recientemente, se debería permitir que todos los medicamentos sin receta tengan la opción de adherirse al procedimiento centralizado de aprobación, para intentar así reducir los plazos de autorización de las agencias nacionales, y que estos productos puedan salir antes al mercado.
En definitiva, la apuesta por el autocuidado de la salud es, sin duda, un valor en alza, ya que está demostrado que la automedicación responsable para patologías menores con medicamentos sin receta supone un gran ahorro al sistema sanitario. Por ello, espero que la legislación española vaya en la línea de los países más progresistas de nuestro entorno. En este sentido, Anefp está trabajando mucho y muy bien en esta dirección, que es la que marca la Aesgp, y creo que es el camino a seguir.