Mariano Avilés
Presidente de Asedef
Sin duda buenas noticias para la farmacia española y la posibilidad de que el modelo tenga continuidad tras lo dicho por el abogado general Yves Bot en sus conclusiones para el Tribunal de Justicia de Europa. No obstante, se impone la prudencia, pues aunque el componente jurídico de lo que se debate es innegable, no olvidemos que hay un componente político que puede traicionar el subconsciente. Por ello, tengamos tranquilidad y paciencia dentro de la alegría que suponen las buenas noticias al ver como puede ir “la jurisprudencia”.
Los agentes españoles personados han trabajado denodadamente y sin horas. También es verdad que a la hora de condimentar nuestro conflicto éste se ha aderezado de especias made in Spain, distintas al de estos otros que ahora están en su recta final para la solución. A saber: un Tribunal Superior de Justicia español que a lo largo del camino ha creado “condiciones de duda”, una ley de sociedades profesionales que ha puesto su granito de arena sobre la peculiaridad que comporta la actividad farmacéutica respecto de otras profesiones, una legislación en materia de ordenación farmacéutica que puede generar conflictos y, como no, una estructura de oficina de farmacia permeable a influencias externas que condicionan su cuenta de explotación. Amortización de enormes gastos de instalación, política de precios de referencia y precios de mercado que sufren los farmacéuticos y a veces afectan al ciudadano, que en nada ayuda “a equilibrar los imperativos económicos con las consideraciones de la salud pública” que cita Bot.
Esperemos a la sentencia para analizar el caso español y si puede ser aplicada de oficio la figura de ‘cosa juzgada’ por su pretendida similitud, porque como diría Publio Siro “la prudencia suele faltar cuando más se la necesita”.