| viernes, 12 de febrero de 2010 h |

Enrique Granda es director del

Observatorio del Medicamento de FEFE

Las recientes filtraciones y tanteos que realiza el Gobierno para llevar a cabo una nueva rebaja de precios y márgenes es el exponente del fracaso de toda la política y la gestión de las prestaciones farmacéuticas. La historia está ahí desde 2000 cuando comienza un sistema infernal que reduce el margen de las farmacias en torno a un 0,6 por ciento anual, y al que no han dudado en sumarse las mutualidades de funcionarios y los negociadores de los conciertos. Sin embargo, el incremento del gasto en medicamentos es casi invariable desde entonces: entre 500 y 600 millones de euros anuales. Ahora, más de la mitad de las farmacias son negocios de pura subsistencia. Bien lo sabe Hacienda, que cada vez recauda menos IRPF del sector, porque casi cinco puntos del margen acaban en poder de las comunidades autónomas.

Hasta ahora sólo se han puesto en marcha medidas que actúan sobre la oferta, como bajar precios y márgenes, mientras la demanda ha campado por sus respetos. Hay un ejemplo inquietante de hasta qué punto es cierto lo que digo si observamos el número de unidades consumidas o las recetas. En 2000 el número de recetas facturadas fue de 577,3 millones y en 2009 se facturaron 934 millones, un 61,3 por ciento más. Para saber si esto es mucho o poco daré un dato: todo el mercado farmacéutico sólo aumentó un 23 por ciento en unidades en ese periodo, mientras la población censada lo hizo en un 15,4 por ciento. Y si algún malicioso pregunta por el aumento de los mayores de 65 años, cuyo consumo de recetas es, lógicamente, mucho mayor, se puede responder que sólo aumentaron un 12,3 por ciento entre 2000 y 2009. La conclusión es que la demanda de medicamentos en el Sistema Nacional de Salud representa tres veces más que en 2000, mientras la demanda total del mercado sólo lo ha hecho una vez y media.

Creo que ha llegado la hora de abordar el problema con todas sus consecuencias, y no se trata de imponer medidas simplistas como aumentar el copago. Propuestas eficaces no han faltado nunca por parte del sector. Cualquier cosa, menos refugiarse en la comodidad de bajar precios y márgenes, y seguir viendo cómo aumenta la factura de forma invariable cada año, mientras las farmacias, y lo que representan como uno de los servicios sanitarios más valorados, caminan hacia la más absoluta pérdida de rentabilidad, poniendo en peligro el empleo y la calidad del servicio.