Propiedad, control y financiación pública, pero… Gestión privada. Sobre estas máximas se asienta un modelo de éxito que ahora acoge a los boticarios valencianos. Es el ‘modelo Alzira’, como se conoce a la línea marcada por el Hospital de la Ribera, inaugurado en 1999, que se convirtió en el primer hospital público gestionado bajo concesión administrativa. Un modelo, presentado recientemente como experiencia de éxito en la cumbre mundial sobre Innovación Sanitaria que se celebró en Doha (Qatar), en el que ahora participarán los boticarios, al encargarse a partir de ahora de llevar a cabo una serie de servicios que ahora prestan los hospitales y centros de salud públicos gestionados por el Grupo Ribera Salud.
¿El origen? La Ley 15/1997, sobre habilitación de nuevas formas de gestión del SNS, la que dio vía libre a la colaboración pública-privada en hospitales y centros de salud públicos. Así, en su artículo único esta ley precisaba que “en el ámbito del SNS, garantizando y preservando en todo caso su condición de servicio público, la gestión y administración de los centros, servicios y establecimientos sanitarios de protección de la salud o de atención sanitaria o sociosanitaria podrá llevarse a cabo directamente o indirectamente a través de la constitución de cualesquiera entidades de naturaleza o titularidad pública admitidas en Derecho”.
Así, y tras una inversión de cerca de 54 millones de euros, se inauguró el Hospital de La Ribera, una iniciativa pionera en gestión integral del servicio público de salud en Europa. Una idea surgida al albur del ‘Informe de Abril’ de 1991, que puso sobre la mesa los nuevos retos del SNS y planteaba alternativas para ayudar a su mantenimiento y viabilidad. Un informe que planteaba conceptos como la separación entre la financiación, compra y provisión de los servicios sanitarios y la necesidad de introducir cambios para flexibilizar las normas administrativas y mejorar la gestión de los recursos humanos y materiales.
No alejado de las críticas, centradas en supuestos como que este modelo se centra exclusivamente en la rentabilidad de la inversión e ignora criterios estrictos de salud pública; gestión no muy claro; y concesiones devueltas, indemnizadas y vuelta a conceder, es todo lo clara que debería, lo cierto es que durante más de una década se ha convertido, como sus propios gestores señalan, en un modelo de salud. Un modelo que se ha extendido por otros cinco hospitales en la Comunidad Valenciana, otros cuatro en la Comunidad de Madrid, así como en el Laboratorio Clínico Central BR Salud, también en esta comunidad.