| domingo, 14 de junio de 2009 h |

Juan Nieto

Madrid

Tras 40 años en el Consejo General, 21 de ellos como presidente de la institución, el próximo 8 de julio Pedro Capilla dirá adiós definitivamente al máximo órgano de gobierno de los farmacéuticos españoles. Un adiós que supondrá cerrar una etapa en la que la figura de Capilla y la de la farmacia española han estado íntimamente unidas.

Pregunta. ¿Qué balance hace de su trayectoria al frente del Consejo General?

Respuesta. La política siempre tiene este planteamiento: “Se ha hecho bien, pero se podría haber hecho mejor”. El balance general es positivo, pero queda todavía mucho por hacer.

P. ¿Qué se queda en el tintero?

R. Por ejemplo, tenemos un Real Decreto 5/2000, que cada vez deteriora más la economía de la farmacia. O el tema de Muface, que es sangrante e injusto. O los precios de referencia. Al estar pendientes estos temas no me voy con la conformidad de que todo está resuelto, quedan asignaturas pendientes.

P. Parece que siempre paga los platos rotos la farmacia, ¿no?

R. El ejemplo más claro es que en los últimos años la rentabilidad de la farmacia se ha deteriorado una media de unos siete puntos.

P. ¿En estos 40 años ha visto cambiar mucho la farmacia?

R. Posiblemente la farmacia española ha sido uno de los sectores que más ha evolucionado. ¿Por qué? Porque hay una organización excelente. En el trascurso de los años se han hecho mejoras, como la implantación de la receta electrónica, nuestro sistema de facturación, la Atención Farmacéutica, las campañas, Portalfarma… Unas cuestiones que hacen que la farmacia siempre esté en vanguardia para prestar un buen servicio a la sociedad. Es una profesión que está en constante movimiento para prestar un mejor servicio.

P. ¿Qué ‘culpa’ tiene Pedro Capilla en esta evolución?

R. La ‘culpa’ ha sido de los equipos con los que he contado, que han sabido que en la parte profesional nunca nos podemos relajar. El mérito de Pedro Capilla ha sido elegir esos equipos.

P. También ha tenido oposición.

R. Sí, pero estoy satisfecho de haber podido lograr la colaboración de personas de esa oposición, con las que he tenido un completo entendimiento.

P. Y, sobre todo, un entendimiento pleno con la que será nueva presidenta, ¿no?

R. Sí, es una transición normal y mi satisfacción es plena y total. Una de las mayores satisfacciones de mi vida profesional es que Carmen Peña sea la presidenta del Consejo General.

P. ¿Nunca pensó en prorrogar su mandato un tiempo para afrontar la situación actual?

R. Nunca este Consejo ha prorrogado ni un día su mandato, a pesar de las circunstancias.

P. Mantenerse tantos años al frente del Consejo, ¿fue difícil?

R. Muy difícil porque ha habido muchos momentos con oposiciones fuertes y planteamientos duros ante mis decisiones. Pero siempre hemos hecho lo que se ha adoptado por mayoría. Hemos velado por bien general más que por intereses particulares. Por ejemplo, yo jamás he pensado en mi farmacia.

P. Para al frente del Consejo, ¿hay que tener mucha cintura?

R. Hay que tener la transparencia para que la gente entienda que lo que propones y que lo haces por el bien de la mayoría. Puedes estar equivocado, pero jamás lo haces por interés propio. Hay una frase que me han dicho y que lo resume: “Contigo se puede estar o no de acuerdo, pero de tu honradez nadie duda”.

P. Sin embargo, ha recibido críticas por ser… demasiado políticamente correcto.

R. Qué me digan qué ministro o qué dirección general ha dicho que Pedro Capilla es blando. Al contrario, Pedro es muy duro. Si no se han conseguido cosas plenamente sí se han logrado otras gracias a la firmeza de mis argumentos.

P. También se ha dicho que Pedro Capilla era un hombre siempre pegado al poder.

R. Todos los que han negociado conmigo saben que he sido duro, pero cuando se llega a un acuerdo es que las dos partes han tenido que perder algo. Pero mi máxima es que el Consejo tiene la obligación de colaborar con el Gobierno que elija el pueblo. Tiene que ser apolítico y aconfesional. Y ningún ministerio puede decir que no hemos colaborado.

P. Dice que en un acuerdo siempre hay cesiones. ¿Qué cesión le ha dolido más hacer?

R. Le puedo decir que, por ejemplo, en los conciertos ha habido cosas puntuales que si me hubiesen obligado a firmarlas antes me habría ido a la calle. En lo verdaderamente importante en el sentido profesional no se han hecho grandes cesiones.

P. Desde junio de 1988, cuando accedió a la presidencia, se las ha visto como muchos ministros. ¿Cómo ha sido su relación con cada uno de ellos?

R. Las distinciones son muy peligrosas. Pero, por ejemplo, con Julián García Vargas tuvimos un gran entendimiento y una perfecta conexión. Si en la Ley del Medicamento no se consiguió todo lo que queríamos fue porque había un hecho autonómico… Julián García Valverde fue muy efímero. José Antonio Griñán, una persona encantadora que me dio la oportunidad de hablar en un Interterritorial en un momento crítico, donde pedí que había que adoptar un modelo único con peculiaridades autonómicas muy concretas, porque si no habría 17 modelos de farmacia, como ha pasado. Pero no quiero distinguir porque siempre molesta.

P. Ángeles Amador, José Manuel Romay Beccaría, Celia Villalobos, Ana Pastor, Elena Salgado, Bernat Soria, Trinidad Jiménez…

R. No me voy a meter en esa dinámica, porque si halago a alguien parece que descalifico a los demás, y no quiero descalificar. En general me he entendido con todos, y eso que ha habido momentos muy difíciles para la farmacia.

P. Muchos de estos ministros tuvieron el hándicap de la presión económica de sus ejecutivos, ¿no?

R. En general, muchos de los males que ha tenido la farmacia han venido de la parte económica de los gobiernos, que interpretaron la sanidad en clave económica. Lo que ha ocurrido en Europa ha pasado en España.

P. ¿Cuál ha sido su momento más duro al frente del Consejo?

R. Pasarlo mal, lo he pasado muchísimas veces. Por ejemplo, cuando entré como secretario se hablaba de estatalizar la farmacia, algo que algún retrógrado piensa aún que es posible. Otro fue en la época del Tribunal de la Competencia, con su orientación de liberalizar, cuando la titularidad-propiedad es un beneficio para el ciudadano nunca para el farmacéutico. Y, cómo no, el dictamen motivado, que siempre dije que era posible ganarlo en Luxemburgo.

P. ¿Pedro Capilla adivino?

R. No, pero el éxito tiene cien padres y el fracaso es huérfano.

P. Hablemos de éxitos. ¿En su mandato ha habido más luces que sobras?

R. Muchas más luces que sombras. Cuando entré la farmacia estaba totalmente descapitalizada, y de aquella farmacia a hoy… Por ejemplo, en 1978 hicimos la primera sentada de la democracia y durante tres días no salimos del Consejo.

P. ¿De qué actuación se siente más orgulloso?

R. Son muchos años y siempre viene a la memoria lo último. Y es que lo de Europa ha sido muy importante.

P. ¿Qué elementos resumirían la carrera de Pedro Capilla al frente del Consejo?

R Lo primero, vocación. Luego, afán de servicio, trabajo, honestidad, transparencia y honradez. Me voy con las manos vacías y el corazón lleno de esperanza.

”El Ministerio nos metió el Real Decreto 5/2000 a cacharrazo limpio”

P. Le han llovido críticas, ¿no?

R. Sí, muchas, pero algunas de personas que no saben lo qué es la farmacia ni conocen lo que ha hecho el Consejo. Sería un orgullo, ahora que me voy, responder a todas una por una.

P. Vamos con alguna. Pasividad ante la proliferación de ‘productos milagro’.

R. Todas las medidas adoptadas por la Administración se han producido a raíz de una denuncia farmacéutica.

P. Negociación encubierta del RD 5/2000.

R. No es cierto. Nos lo metieron a cacharrazo limpio desde el ministerio. Hablamos con ellos y, de la noche a la mañana, un Consejo de Ministros lo sacó. Pero logré que se retirasen dos leyes sobre márgenes escalonados en las farmacias.

P. Protestas tibias.

R. La protesta fue absoluta y desde entonces hasta ahora no hemos dejado de pelear, pero me voy con esa ‘clavada’.

P. Desaparición del Patronato Farmacéutico Nacional.

R. El Consejo lo defendió hasta el último minuto. La solidaridad era un principio muy arraigado, aunque ahora somos muy individualistas.

P. Sustitución farmacéutica.

R. ¡Pero si no figuraba en la Ley de Garantías! Eso sí, nunca he defendido la sustitución por la sustitución.

P. ¿Habrá cometido errores?

R. Muchos, pero también he padecido los avatares de las administraciones que te ponen la bota encima de la cabeza y las cosas no tiene solución.

P. Si Pedro Capilla pudiese dar marcha atrás…

R. No me hubiese presentado a presidente. Es broma.

“A Carmen le he dado un consejo: que crea siempre en sí misma”

P. ¿Cómo es el presente de la farmacia?

R. Creo que el presente de nuestra farmacia es apasionante.

P. Pero cuando hay crisis, la Administración y la caja de las farmacias…

R. En este sector la Administración lo ve facilón.

P. ¿Ese ‘maltrato’ se debe a la doble vertiente público-privado?

R. Lo fácil es apretar un punto del margen y ya está. Pero no es justo. Por ejemplo, nos perjudica psicológicamente que se hable de gasto farmacéutico, cuando es gasto en medicamentos. ¡Nosotros sólo somos el 25 por ciento de ese gasto!

P. ¿El de la oficina de farmacia es un sector miedoso?

R. No es miedoso, tiene que ser conservador porque tiene todas las de perder.

P. ¿El miedo estaría fundado?

R. Claro, porque somos una parte débil para el Gobierno.

P. Hablemos de futuro. ¿Hacia donde se dirige la farmacia?

R. El farmacéutico se adaptará a los nuevos tiempos, como se ha adaptado hasta ahora. Porque, por desgracia, siempre tiene que demostrar lo que vale.

P. ¿Internet?

R. Tal y como está hoy en día es peligroso para cualquier ciudadano. Pero al final estaremos todos en Internet, nos adaptaremos y daremos ese paso. Ninguna cosa moderna puede ser contraproducente y la farmacia siempre estará preparada. Pero no hay que perder el norte, que es el paciente y el medicamento.

P. El futuro del Consejo es Peña.

R. Sí, pero que quede claro que Carmen no me debe nada, porque es mérito suyo. Lo hará de forma distinta a la mía en algunas cuestiones, pero la línea será la misma porque hemos trabajado juntos. Está perfectamente preparada y lo único que necesita es suerte.

P. ¿Le ha dado algún consejo?

R. Que siempre crea en sí misma.