Miguel Ángel Tovar,
director asociado de Contenidos en Barcelona
GlaxoSmithKline (GSK) firmó recientemente un acuerdo con el Instituto de Células Madre de la Universidad de Harvard para desarrollar terapias contra el cáncer, la diabetes y otras patologías. En la misma línea que GSK, Pfizer también parece haber visto la oportunidad en este terreno y hace algunas fechas anunció la puesta en marcha de una unidad que destinará recursos a la investigación en el emergente campo de las células madre. Aunque todavía quedan muchas cuestiones por resolver, sí se puede decir que cada vez vemos más próximo el uso de terapias basadas en las células madre. Así al menos lo debe creer la compañía norteamericana, necesitada de generar ingresos cuanto antes. Pfizer se enfrenta contra reloj al vencimiento cada vez más cercano de la patente de su producto estrella, Lipitor, y precisa por encima de todo dar con alternativas que compensen la enorme pérdida de facturación prevista.
Hasta no hace mucho la terapia con células madre se veía como una posibilidad lejana, situándose prácticamente en el campo de la ciencia ficción. Por ello las compañías farmacéuticas se mantuvieron durante bastante tiempo al margen de su evolución. El desarrollo de nuevas técnicas y metodologías ha modificado la percepción que se tenía y ha llamado la atención de la industria sobre las posibilidades reales y cercanas en el horizonte que ofrece esta nueva frontera de la investigación farmacéutica.
Así, compañías europeas y norteamericanas, entre las que se encuentran GSK, Johnson & Johnson, Novartis, Pfizer, Roche y Sanofi-Aventis, han decidido apostar por iniciativas en el campo de la medicina regenerativa y las células madre, orientadas al desarrollo de terapias para tratar enfermedades cardiovasculares, neurológicas, diabetes, cáncer o la investigación de modelos que permitan probar la seguridad de fármacos antes del inicio de la investigación clínica.
El momento escogido parece especialmente propicio. En una coyuntura económica difícil como la actual, las grandes compañías farmacéuticas, con balances saneados, que presentan poca deuda y con grandes cantidades de efectivo en caja, se muestran ahora más proclives a tender la mano a las pequeñas empresas investigadoras, necesitadas de fondos y de acuerdos para poder seguir financiando sus proyectos.
Además, el cambio de Administración norteamericana promete dar un nuevo impulso al sector en Estados Unidos. El presidente electo manifestó durante la campaña electoral su intención de revertir la política de su antecesor, aprobada en 2001, respecto a la limitación impuesta a la utilización de fondos federales para la investigación con células madre de embriones. A diferencia de las células madre de adulto, las células madre embrionarias pueden transformarse en cualquiera de los más de 200 tipos de células humanas, con el fin de reparar un tejido dañado (del corazón, médula espinal, páncreas…).
Hasta no hace mucho la controversia de tipo ético sobre el uso de células madre embrionarias obtenidas a partir de embriones había condicionado el apoyo de grupos políticos conservadores y motivado un menor interés por parte de la industria. El desarrollo de un método alternativo de obtención de células madre embrionarias a partir de células de adulto ha logrado salvar un importante obstáculo moral. Con estos avances, parece cuestión de tiempo que surjan nuevas terapias revolucionarias y que los trasplantes tal y como los conocemos hoy lleguen a convertirse en un remedio anacrónico.