Miguel Ángel Tovar, director asociado de Contenidos en Barcelona
El mercado de la diabetes sigue atrayendo el interés de las grandes compañías innovadoras. La prevalencia de la enfermedad en los países desarrollados va en aumento y los productos que se emplean actualmente para tratar tanto la diabetes tipo 1 como la 2 no satisfacen plenamente las necesidades terapéuticas. Aún queda camino por recorrer tanto en términos de eficacia como de seguridad. Durante la reunión anual de la Asociación Americana de Diabetes (ADA), se han dado a conocer las últimas novedades en este campo. Bristol-Myers Squibb y AstraZeneca presentaron las conclusiones de un ensayo de fase III con dapagliflozina DCI (un inhibidor de SGLT-2) como tratamiento coadyuvante en diabéticos tipo 2 que no están bien controlados con insulina. Los resultados son esperanzadores, si bien los mayores ingresos vienen de los tratamientos de primera línea.
La norteamericana Johnson & Johnson dispone en su pipeline de un producto similar que se encuentra en fase III, canagliflozina DCI, y desarrolla además lixisenatida DCI, un agonista GLP-1 (que estimula el páncreas para producir más insulina después de las comidas). Asimismo J&J es un competidor importante en el mercado de medidores de glucosa, en el que destaca su línea Lifescan OneTouch. Próximamente prevé comercializar una bomba de insulina que incorpora un medidor de glucosa. J&J acaba de cerrar un par de acuerdos de licencia que le van a permitir reforzar su presencia en esta área terapéutica. La compañía sueca Dyamid Medical ha sido la protagonista del primero de ellos, cuyo objeto es un producto que trata de impedir que el sistema inmune ataque las células beta del páncreas en diabéticos tipo 1, ralentizando así el curso de la enfermedad. El medicamento se encuentra actualmente en fase III de ensayos clínicos y si los resultados son buenos y se alcanzan los hitos que se ha fijado J&J podría llegar a desembolsar hasta 580 millones de dólares.
En el segundo caso, J&J ha cerrado un trato con la californiana Metabolex para participar en el desarrollo, registro y comercialización de varios productos antidiabéticos que se encuentran en fase preclínica. Metabolex ha sido también la protagonista de un acuerdo con Sanofi-Aventis, por el que obtiene una licencia mundial para fabricar y comercializar un medicamento para la diabetes tipo 2. El cumplimiento de los hitos acordados puede suponer para Metabolex unos ingresos adicionales de 375 millones de dólares.
Entre 2008 y 2013 Sanofi-Aventis ha previsto doblar su facturación en diabetes y espera mantener los ingresos de Lantus (3.800 millones de dólares el pasado año), un análogo de insulina de larga duración que se aplica una sola vez al día y que fue el primer producto de su clase. La diabetes es una de las cinco plataformas de crecimiento identificadas por la compañía para compensar la pérdida de más de un 20 por ciento de la facturación por los vencimientos de patente de productos como Plavix. Las insulinas inhaladas continúan tratando de revelarse como una alternativa superior a las inyectadas. Al respecto, Mannkind ha anunciado datos prometedores de un estudio de dos años con Afrezza en diabéticos tipo 2. No obstante, los anteriores fracasos de otras compañías hacen que seamos escépticos respecto a la aprobación de comercialización.
Por otro lado, tres años después del conocido metaanálisis de Steve Nissen, GlaxoSmithKline sigue dando que hablar con Avandia. Una actualización del análisis original corrige el incremento del riesgo de ataque cardiaco y lo rebaja de un 43 a un 28 por ciento. En comparación con Actos (Takeda), el riesgo es un 18 por ciento superior. Próximamente se reunirá el comité asesor de la FDA para decidir si se retira del mercado. En caso de que así sea, Actos y Januvia serían los más beneficiados.