Ángela de Rueda Madrid | viernes, 03 de junio de 2016 h |

Solo quedan unos pocos días para que arranque la campaña electoral, aunque no está muy claro si alguna vez terminó. Así que, por si acaso durante la misma se olvidan de la farmacia, la Federación Empresarial de Farmacéuticos Españoles (FEFE), junto con la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme), calentaron motores. La sede de la CEOE acogió, el 1 de mayo, una mesa con los representantes de Sanidad de las cuatro principales fuerzas políticas que se presentan a las elecciones del 26J (PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos), para tratar la sostenibilidad y los retos para las farmacias.

En la introducción, el presidente de Cofares, Carlos González Bosch, auguró que la pluralidad ideológica, “puede conducir a un pacto por la sanidad que creo que es imprescindible”, ya que “la sanidad no debe ser objeto de una confrontación ideológica”, añadió. Por su parte, el presidente de Cepyme, Antonio Garamendi puso en valor a los empresarios, “por su carácter social”. Esta afirmación tiene mucho que ver con uno de los efectos de la falta de financiación que sufren las boticas: la morosidad.

Visto lo que está sucediendo con los impagos o reiterados retrasos que sufren muchas farmacias, no es de extrañar que la financiación ocupara gran parte de este debate. En este sentido, para Javier Padilla, del Área de Salud-Sanidad de Podemos, la solución para aumentar la recaudación, y con ello la financiación, es una reforma fiscal. Padilla abogó además por la creación de agencias de evaluación de políticas y prestación sanitaria. En esta línea, se posicionó el portavoz de C’s en la Comisión de Sanidad del Congreso, Francisco Igea, quien planteó la necesidad de evaluar el funcionamiento de la Farmacia Hospitalaria. De hecho, propuso la introducción de medidas para “garantizar la transparencia absoluta de la Farmacia Hospitalaria”, que es “donde más se ha incrementado el gasto y donde menos transparencia hay”, según indicó.

En el debate hubo acuerdo sobre la eficiencia del modelo, “aunque requiere de ajustes para ser sostenible frente al tsunami liberalizador que viene de Europa”, como apuntó José Martínez Olmos, portavoz del PSOE en la Comisión de Sanidad del Senado. Así, se mostró partidario de abrir “un camino conjunto de reformas que apuntalen la sanidad”. Para Martínez Olmos la “insuficiencia presupuestaria crónica tensiona al sistema”, y si no se quiere seguir cobrando tarde y vía FLA, “se tiene que corregir conforme se sale de la crisis”, afirmó. También José Ignacio Echániz, secretario Nacional de Sanidad del PP, consideró que “los nubarrones están en cómo hacer rentable las oficinas de farmacia”.

¿Servicios remunerados?

Así, mientras que la infrafinanciación es el escollo con elque la farmacia tiene que lidiar a menudo a costa del patrimonio personal de los boticarios, la prestación de servicios se erige como un salvavidas que los partidos quieren abrazar.

Martínez Olmos se comprometió a apoyar la remuneración de servicios por parte del Estado “si se demuestra que benefician a la salud y que el coste es asumible”. Para Padilla también es un gasto sufragable por el SNS, mientras que afirmó que “nos desligamos del pago por acto”. Desde C’s Igea se cuestionó la posibilidad de remunerar servicios si se bajan los impuestos. Mientras que para Echániz, la apuesta pasa por aumentar el número de empleados que contribuyan y refuercen la capacidad de Sanidad.