francisco rosa Madrid | viernes, 31 de agosto de 2012 h |

Ante la resistencia que siguen ofreciendo algunas enfermedades, las farmacéuticas se mantienen inmersas en la búsqueda de nuevos enfoques para abordarlas, labor de la que no siempre extraen los resultados deseados. Así, según indica el informe sobre el Uso global de los medicamentos: proyecciones para 2016 publicado por IMS, la industria investiga nuevos mecanismos de acción para hacer frente a las enfermedades autoinmunes, el alzhéimer, la diabetes, la hepatitis C, el melanoma, el cáncer de ovario o el cáncer de próstata, con productos que podrían ser lanzados durante el periodo comprendido entre 2012-2016.

De los fármacos a los que hace alusión el informe, algunos han superado ya la fase III y están a la espera de la aprobación de las autoridades. Es el caso de tofacitinib, un tratamiento para las enfermedades autoinmunes de Pfizer para el que la FDA ha requerido datos adicionales que están siendo estudiados. Algo similar ha ocurrido con cabozantanib, un inhibidor de la kinasa dirigido al tratamiento del cáncer de próstata que ha sido apeado de la agenda del comité correspondiente hasta próximo aviso por lo que no habrá dictamen para noviembre, como se había estimado.

Peor suerte han corrido los anticuerpos monoclonales diseñados para tratar el alzhéimer. Pfizer y Johnson & Johnson anunciaron a este respecto la suspensión de ensayos clínicos con bapineuzumab debido al fracaso obtenido a la hora de mejorar la capacidad cognitiva y Lilly admitió que no se habían alcanzado los objetivos primarios con solanezumab, aunque seguirá investigando algunas de sus propiedades.

En el campo de la diabetes, la apuesta va orientada a los inhibidores de SGLT. En este caso, las autoridades regulatorias estadounidenses están siendo estrictas y tienen en stand by algunos productos, como la dapagliflocina, que ya han recibido la opinión positiva del CHMP de la EMA. El resto de los fármacos de esta familia han alcanzado o están cerca de alcanzar la fase III, como es el caso de la empagliflocina de Boehringer Ingelheim, que presentó datos positivos tras un ensayo fase IIb.

También en fase III se encuentra nintedanib, un inhibidor de la kinasa que podría ser efectivo en el tratamiento del cáncer de ovario y que ha ofrecido buenos resultados usado en combinación con otros fármacos; y daclatasvir, un inhibidor del NS5A para la hepatitis C.

Otro caso significativo es el de talimogene laherparepvec, un vector HSV oncolítico adquirido por Amgen (junto con otros dos productos) por una cantidad cercana a los mil millones de dólares a finales de 2011 y con el que ha iniciado la fase III. Los resultados sobre la efectividad y seguridad de este tratamiento contra el cáncer de próstata no han trascendido.