| viernes, 29 de junio de 2012 h |

La industria farmacéutica no vive su mejor momento en Europa, dadas las medidas de contención a las que se aferran los gobiernos para cuadrar sus cuentas. El director general de la patronal europea, Richard Bergström, analiza la situación para EG.

Pregunta. ¿Cómo valora el ejercicio 2011 para la industria farmacéutica europea?

Respuesta. Ha sido el peor año de las últimas dos décadas. La crisis ha tenido un fuerte impacto en el sector en determinados países como Grecia, Irlanda, Portugal, Letonia, Hungría o Rumanía, tanto en 2010 como en 2011. Las políticas de contención del gasto farmacéutico han tenido consecuencias dentro y fuera de esos países.

P. ¿Cuáles creen que han sido los principales obstáculos para el crecimiento de la industria?

R. La visión cortoplacista aplicada en algunos países ha generado que se implementen medidas que no estimulan la innovación, basadas la reducción del precio. Otros como Alemania se niegan a financiar precios más altos que en Grecia y Portugal. Adicionalmente, hay algunos mercados en los que las innovaciones no llegan a los pacientes, países en los que no se paga… Como consecuencia, algunos cierres de plantas de producción e I+D no serán temporales, sino para siempre.

P. ¿Hay excepciones o todos los países están adoptando la misma postura?

R. Puede haber algunas excepciones, pero el panorama general es sombrío. Eso sí, no queremos señalar a ningún país en concreto.

P. ¿Creen que existen alternativas a las políticas implementadas para garantizar los sistemas públicos de salud?

R. Creemos que la clave está en no mirar siempre el corto plazo y adoptar una visión más holística, que no solo esté basada en el coste de los tratamientos. La Efpia está comprometida a buscar soluciones que no condicionen el desarrollo del sector y la generación de innovación.

P. ¿Esperan cambios a corto plazo en las políticas gubernamentales?

R. Lo que vemos no nos hace pensar eso.

P. ¿Generan estas políticas riesgos para los pacientes?

R. Sí, dado que algunas situaciones que ya son visibles, como los problemas de suministro, podrían tener considerables efectos negativos a largo plazo.

P. De hecho, algunas compañías ya han amenazado con no suministrar a algunos países, ¿no?

R. Sabemos que se están dando estas situaciones, pero tenemos que decir que la mayoría de los medicamentos están siendo suministrados, a pesar de la incertidumbre sobre si se va a cobrar o no. Hay que saber que existen límites a esta situación de impago, que no es sostenible y que no se puede culpar sistemáticamente a la industria de estos problemas. ¿Puede una empresa operar dos años sin cobrar? Algunas sí, pero otras necesitan liquidez, por lo que a veces las consideraciones económicas están por encima de las éticas.

P. ¿Puede producirse un éxodo de la industria hacia los mercados emergentes, que ofrecen una mayor rentabilidad?

R. Los motores de crecimiento de la industria están ahora fuera de Europa. Hay países que se están desarrollando y están poniendo más recursos sanidad. A pesar de ello, Europa puede jugar un papel importante en favor de la innovación pero para ello necesitamos gobiernos dispuestos a buscar soluciones de forma coordinada con la industria.