Reconocen que la comunicación y el trabajo conjunto es beneficioso para el paciente

La Semfyc celebra una mesa redonda sobre relaciones entre ambos colectivos

| 2009-11-27T16:27:00+01:00 h |

a.c.

Barcelona

La relación que tienen en la actualidad los colectivos médicos y farmacéuticos es muy estrecha y fluida. Una relación que echa por tierra ciertas opiniones infundadas de otras asociaciones, “que siguen viendo al farmacéutico más como un problema que lo que realmente es, una ayuda al facultativo”, señaló al respecto Pilar Gascón, secretaria general del Consejo catalán de Colegios Farmacéuticos, durante su intervención en la mesa redonda “Relaciones entre médico de atención primaria y farmacéutico: necesidad de encuentro”, celebrada en Barcelona el pasado 27 de noviembre en el marco del 29º Congreso de la Semfyc.

Un ejemplo de esta relación es el convenio de colaboración existente entre el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Barcelona y la Sociedad Catalana de Medicina Familiar y Comunitaria (Camfyc). U otros similares son los que tiene la Sociedad Española de Farmacia Comunitaria (Sefac) con la Sociedad Española de Medicina Familiar (Semfyc), o Pharmaceutical Care con la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen).

A este respecto, durante este encuentro se puso de manifiesto la necesidad de trasladar estas pasos que se dan a nivel institucional al trabajo diario de estos profesionales, entre centros de salud de atención primaria (AP) y farmacias. Una relación ya existente en muchos casos, como puede ser en la propia ciudad condal. A este respecto, Albert Broto, médico de familia del centro de salud barcelonés de Les Hortes, explicó que existe una “excelente comunicación” por parte de este centro con las 11 farmacias del barrio donde se ubica. “Además del contacto directo vía telefónica, celebramos reuniones periódicas con los farmacéuticos de la zona en las que analizamos nuestras relaciones, proponemos nuevas vías de comunicación y solucionamos posibles problemas”, señaló este facultativo, que consideró “indispensable” el entendimiento y apoyo entre ambos colectivos.

De estas magníficas relaciones hay un principal beneficiado: el paciente. “Por ejemplo, desde que potenciamos esta comunicación no han surgido problemas derivado de un error de prescripción. Cuando en la farmacia detectan este fallo, basta una llamada para solucionarlo sin necesidad de que el paciente acuda nuevamente al centro a por la prescripción correcta”, señaló Broto.

La confianza en que sus pacientes polimedicados toman correctamente su medicación, gracias a la preparación en las boticas de los sistemas de dosificación personalizados, es otra de las ventajas que encuentra este médico en este trabajo conjunto. En este sentido, Gascón corroboró lo argumentado por Broto. “Cuando médico y farmacéutico se conocen, las reticencias desaparecen”, manifestó la vocal del COF de Barcelona.

Aún existen reticencias

Si se atiende a estos ejemplos, podrían resultar incomprensibles las reticencias de entidades como la Organización Médica Colegial al desarrollo de prácticas como la Atención Farmacéutica, que deben servir de ayuda o complemento a las actuaciones médicas. “El farmacéutico no persigue asumir competencias del médico, sino evaluar el uso del medicamento y realizar un seguimiento de la evolución del paciente”, recordó Gascón a los detractores de la AF.

El propio Broto indicó que, en su experiencia, “nunca observó una posible invasión de competencias”, e invitó a los presentes en el acto a establecer relaciones con los boticarios. “Así el paciente no tiene que depender exclusivamente de nosotros”, sentenció.