La industria farmacéutica, pese a ser potencialmente peligrosa, es una de las más seguras y, en el peor de los casos, sus incidencias son leves
La mayoría de las compañías del sector han elaborado de planes de formación para reducir al mínimo la siniestralidad en sus instalaciones
Diferente estructura, distinta estrategia
La forma de acometer las funciones de prevención depende de la estructura internacional y del ámbito de actuación de las compañías. Novartis, por ejemplo, tiene un departamento, Health, Safety & Environment (HSE), que elabora y coordina la política de prevención de la empresa por países, sedes y unidades de negocio. Una estructura que permite a sus miembros estar presentes en las distintas plantas para elaborar medidas específicas para cada una de ellas, además de coordinar las propias del grupo. Es la misma estructura que tiene Merck, con un departamento HSE que fija unas medidas comunes para sus plantas de Mollet del Vallès y Tres Cantos.
El caso de Boehringer Ingelheim es diferente, ya que aunque tiene un departamento HSE para todo el grupo, la matriz española cuenta con uno propio en Cataluña. Mientras, compañías como Cinfa o Kern Pharma tienen departamentos de seguridad y medio ambiente propios que desarrollan y aplican las distintas medidas para las instalaciones.
josÉ c. rodríguez
Madrid
“Cero incidencias”. Éste es el objetivo que tienen los responsables de seguridad de las plantas de la industria farmacéutica cuando se les pregunta por la siniestralidad laboral en sus instalaciones. La industria farmacéutica, pese a ser considerada peligrosa, es una de las más seguras de España. Así lo señalan los datos que manejan los responsables de las plantas de producción que tienen en España multinacionales como Novartis, Merck, Lilly o Boehringer Ingelheim, o compañías de origen nacional como Ferrer, Cinfa o Esteve.
“Los accidentes en nuestras instalaciones son leves o muy leves, principalmente golpes y cortes al manipular herramientas o máquinas”, afirma Gemma Vallès, jefa de Seguridad de la planta de Kern Pharma en Tarrasa (Barcelona). “Sólo tenemos accidentes leves, incidentes sin consecuencias remarcables”, apostilla Carmen de Rosendo, responsable de seguridad de la planta química que Boehringer Ingelheim tiene en Malgrat de Mar (Barcelona).
Son dos testimonios que dan fe del éxito alcanzado por las farmacéuticas a la hora de evitar accidentes en una industria en el que el uso de maquinaria pesada o de sustancias químicas y biológicas constituyen un factor de riesgo. Pese a ello, esto no ha impedido acercarse a la “siniestralidad cero”. Es decir, la reducción total de incidencias graves y mortales, así como leves.
Y es que, reducir a cero los incidentes es la gran apuesta que han realizado las compañías farmacéuticas radicadas en nuestro país: aspirar a la excelencia en seguridad. En este sentido, Marta Erice, jefa de Prevención de Cinfa, señala que las actuaciones de la empresa han pasado a ser “adecuaciones ergonómicas para reducir los accidentes por sobreesfuerzo”. Por su parte, John Rucker, director de la planta de Lilly en Alcobendas (Madrid), afirma que tienen “un plan de mejora para llegar a cero accidentes con baja, tanto en fábrica como en las zonas de oficina”.
Sobre este aspecto, todos los responsables de seguridad y prevención de estas compañías coinciden en señalar que la industria farmacéutica es segura y mejora el cómputo global de una siniestralidad que en España ha descendido de manera continuada desde 2005.
Marco jurídico
En España el marco legal en prevención de riesgos laborales lo marca la Ley 31/1995, desarrollada a través de varios reales decreto y distintos reglamentos específicos para los distintos sectores. La legislación española fija unos requisitos mínimos para mejorar las condiciones laborales con el fin de “proteger la seguridad y la salud de los trabajadores y fomentar actividades para mejorar las condiciones de seguridad y salud en el trabajo y la reducción de riesgos laborales”. Un marco legal lo flexible que otorga libertad a los distintos agentes de cada sector para concretar las distintas medidas para cada empresa o planta.
La industria farmacéutica comparte corpus legislativo con el sector químico, que centraliza sus iniciativas en materia de seguridad a través de la Comisión Autónoma de Seguridad e Higiene en el Trabajo de Industrias Químicas (Coashiq), una plataforma privada que aglutina a 225 empresas del sector químico, petroquímico, petrolero y farmacéutico.
En esta plataforma se integran importantes laboratorios nacionales e internacionales que operan en nuestro país, como es el caso de Novartis, Lilly, Boehringer, Merck, Ferrer, Cinfa, Esteve o Kern Pharma, y tiene como fin “promover la seguridad de personas e instalaciones, estudiando normativas nacionales e internacionales o intercambiando experiencias entre sus miembros”.
Lo que estas compañías remarcan es que la cultura de la seguridad es el concepto clave tanto para el legislador como para el sector. Un espíritu de prevención y cuidado por los trabajadores, a quienes se dirigen planes para prevenir y combatir los accidentes.
Y es que, es la formación en prevención la apuesta realizada por los laboratorios para reducir el número de incidencias. En este sentido, todas las compañías consultadas por EG tienen planes de formación específicos para cada área de trabajo. Éste es el caso de Esteve, cuya directora de Prevención, María Paz Arias, afirma que se trata de “identificar los riesgos en función del puesto de trabajo, de las tareas que desarrolla cada trabajador y de la planta”. Una política que Esteve aplica para sus instalaciones en España y en el resto de países donde opera.
Otro ejemplo es el de la planta de Lilly en Alcobendas. Sobre ella, Rucker destaca que entre las iniciativas adoptadas para reducir la siniestralidad se encuentran medidas encaminadas a formar y concienciar a los trabajadores para reducir las incidencias. A este respecto, el director de esta planta de Lilly resalta la realización de cursos formativos y prácticos para empleados encargados de maquinaria o campañas de concienciación para evitar los incidentes tanto dentro de la planta como en el trayecto a ella.
Esta política es compartida por Ferrer. De este modo, su coordinador de salud, Serafín Barrera, afirma que sus planes y medidas preventivas “son específicas para cada planta, en relación a sus actividades, materias y procesos”. Por su parte, el director del área de salud y seguridad de Merck en España, Francesc Cussó, remarca que su compañía tiene “planes comunes para las tres plantas que tenemos en España, pero tenemos grados específicos de aplicación en función de la actividad y del tamaño de las plantas”. Algo que también llevan a cabo en Kern Pharma.
Campañas de prevención
Las políticas de formación se completan con campañas y eventos especiales organizados para reforzar más esta cultura de la seguridad. Un ejemplo es la campaña de Esteve, “Trabaja inteligente, trabaja seguro”, puesta en marcha para, según explica Arias, “concienciar a los trabajadores y sensibilizar al personal en la importancia de la prevención”.
Por su parte, la multinacional Novartis tiene, entre las medidas para mejorar la seguridad, la llamada “Semana de la prevención”, un evento organizado por la central en España para, según señalan desde la compañía, “promocionar la salud, el medio ambiente y la seguridad vial y sensibilizar a nuestros empleados sobre la importancia de la seguridad tanto en el ámbito laboral como extralaboral, la prevención y el cuidado del medio ambiente”.
Y es que, la meta de las distintas áreas y departamentos de los laboratorios en materia de prevención y seguridad va más allá del cuidado del trabajador. Es preciso, según indican, proteger el medio ambiente, un objetivo necesario ante el peligro para el entorno natural que conlleva el empleo de sustancias químicas y biológicas, y de cuyo respeto depende el evitar las sanciones económicas que la ley prevé en casos de accidentes, además del deterioro notable para la imagen de la compañía.