Poco más de veinte días después de la entrada en vigor de la desfinanciación, los farmacéuticos muestran todavía sus reticencias. Aunque afirman que es pronto para valorar la medida, todos han experimentado un descenso en las ventas de estos productos que puede deberse, según ellos mismos explican, bien al acopio de medicamentos en los meses anteriores, bien a un efecto disuasorio provocado por el aumento de precio de estos productos.
Pero, tal y como comenta Francisca Cerezo, la nueva vocal de oficina de farmacia del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Barcelona, es pronto para averiguar cuál es “la realidad” ya que a su farmacia acude gente que asegura no comprar estos productos “porque todavía tienen en casa”, al mismo tiempo que personas que aseguran que dejarán de tomar la medicación. Una afirmación que secunda también María Teresa Guardiola, presidenta del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Valencia, que asegura que muchos pacientes con tratamientos para la circulación periférica le han asegurado que cortarán el tratamiento en cuanto empiece a hacer más frío.
Unas circunstancias que podrían provocar que la desfinanciación, en lugar de mejorar la facturación de las oficinas de farmacia, la empeore. En el caso de Valencia, por ejemplo, Guardiola estima “una bajada de siete puntos” que, añadida al descenso de un 26,86 por ciento en la facturación total en el mes de agosto de 2012 con respecto al mismo mes de 2011, le parece preocupante.
Pero a la preocupación económica hay que añadir también la confusión en las farmacias, tanto por parte de los farmacéuticos como por parte de los ciudadanos. En el caso de los profesionales sanitarios el problema ha sido menor y, por ejemplo, Jaime Acosta, vocal de Oficina de Farmacia del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid, comenta que se ha enviado “bastante información” desde el colegio, disminuyendo así las incidencias. En el caso de la población, el caos sí se ha notado en la mayoría de las farmacias.
Además, también está el problema de comunicación con los médicos. Inmaculada López, vocal de oficina de farmacia del Colegio de Farmacéuticos de Asturias, explica que algunos médicos indican de palabra o en la copia de la receta el nombre del producto desfinanciado al paciente incluso en casos en que este medicamento necesita prescripción, complicando así el tema de la dispensación.