a.c.
Palma de Mallorca
La venta de cosméticos de origen natural en Europa representa un tercio del total de las ventas de cosmética en las farmacias. Un porcentaje en el que poco ha contribuido España, por el momento, al ser uno de los países en los que la cosmética natural tiene poca tradición, aunque sí parece tener futuro.
El escaso peso de este campo en España tenía, hasta ahora, su explicación en el exclusivo perfil del consumidor español de este tipo de productos: un usuario que prefiere un cosmético natural en base a su conciencia ecológica o por su alergia a las sustancias tóxicas. No obstante, ese futuro prometedor que se avecina también viene determinado por el perfil del consumidor y, en concreto, por un cambio del mismo.
“En los últimos años se está abriendo mucho este perfil. Ya no son sólo personas concienciadas con el mundo ecológico sino otros usuarios que no han obtenido los beneficios que perseguían con un cosmético de origen químico y buscan ahora un cosmético orgánico”, recordó María Teresa Alcalde, experta en cosmética natural, durante la conferencia “Cosmética natural: de bio a eco”, que tuvo lugar en las Jornadas Nacionales de Dermofarmacia del CGCOF.
Esta tendencia actual de cambiar la compra de productos de origen químicos por los de origen natural aludida por Alcalde es, a su juicio, una decisión acertada, ya que, según señaló, “a priori son más efectivos que los cosméticos convencionales, al contener una mayor concentración de activos”.
Buenas previsiones
Pese a que el nivel de ventas de estos productos en España es mejorable, puesto que ocupamos el séptimo lugar del ranking de consumo de los mismos, los expertos prefieren quedarse con los datos positivos. Unos datos que hablan incrementos de las ventas en torno al 10 por ciento anual, cifra “a tener en cuenta” al surgir en un contexto en el que, para Alcalde, “el mercado español destaca aún por su escasa variedad de productos y por precios elevados, lo que influiría negativamente en el actual contexto de crisis”.
Como aspectos subsanables cara al futuro de este campo, cabe destacar aún la corta vida de estos productos, la falta de alternativas en determinados campos (como en tratamientos capilares) e incluso mejoras en su seguridad. “A un alérgico también le pueden presentar problemas”, recordó.