El 54 por ciento de los españoles con fibrilación auricular que están tomando anticoagulantes clásicos no están bien controlados, lo que puede derivar en un ictus o en una hemorragia, dependiendo de si están por debajo o por encima, respectivamente, del nivel de anticoagulación recomendado. Ésta es la principal conclusión del estudio Fantasiia, elaborado por la Sociedad Española de Cardiología (SEC), que analizará a 3.000 pacientes con fibrilación auricular no valvular que toman anticoagulantes. Vicente Bertomeu, coordinador del estudio, presentó los resultados de un análisis inicial con 1.300 pacientes. “Si un paciente no está bien controlado con anticoagulantes clásicos, hay que optar por los nuevos anticoagulantes orales”, señaló. Aunque el problema es que sólo el 10 por ciento de los pacientes recibe nuevos anticoagulantes (NACOs), explicó Bertomeu, “por las limitaciones de las comunidades autónomas”. En cambio, “en Alemania los toman casi la mitad de los pacientes”, apuntó. Asimismo, en el estudio Fantasiia se ha realizado una encuesta de satisfacción a los pacientes. Los NACOs obtuvieron una puntuación más elevada (79,91) que los clásicos (73,22), “ya que no exigen tanta limitación en la alimentación, tienen menos efectos secundarios y no hay que realizar tantos controles periódicos”, añadió Bertomeu.
Otro de los temas destacados del congreso ha sido la terapia celular. Gemma Vilahur, del Instituto Catalán de Ciencias Cardiovasculares, presentó datos de un estudio preclínico sobre el uso de células madre del tejido adiposo para la formación de vasos en el corazón infartado. “A las tres semanas, la combinación de células madre más factores paracrinos es cuatro veces más eficaz para la formación vascular que sólo inyectar células madre o factores paracrinos”, señaló Vilahur. Ahora, esta investigadora está realizando un estudio de 3-6 meses para comprobar si esta recuperación anatómica se traduce en una recuperación funcional. En esta línea, Francisco Fernández-Avilés, apuntó las limitaciones, a su juicio, de la terapia celular. “Los estudios clínicos están señalando que será muy útil en pacientes agudos, pero no en crónicos; en estos el tejido se ha convertido en cicatriz, y no hay un contenido extracelular que mantenga vivas a las células madre”.
En cuanto a los marcadores, un estudio realizado con 300 personas concluye que las que tienen un pliegue en ambos lóbulos de las orejas cuya inclinación es de 45º tienen una mayor frecuencia de enfermedad cardiovascular. Como explicó Esteban López de Sá, cardiólogo del Hospital La Paz de Madrid y uno de los autores del trabajo, “el 48,9 por ciento de los sujetos con antecedentes de ictus (27,8 por ciento en aquellos sin antecedentes de ictus) y el 45,8 por ciento con antecedentes de infarto (28,2 por ciento en aquellos sin infarto) presentaba el pliegue diagonal”.
Un estudio liderado por investigadores del Instituto de Oncología de la Universidad de Oviedo ha permitido identificar un gen cuyas mutaciones pueden causar alteraciones cardiacas y muerte súbita hereditaria. Tras secuenciar el genoma de pacientes españoles con miocardiopatía hipertrófica, identificaron una nueva forma hereditaria de esta enfermedad y el gen mutado responsable de su desarrollo (FLNC), codificante de la proteína filamina C. Según los expertos, identificar a los portadores de mutaciones en FLNC permitirá implantarles un desfibrilador y evitar el proceso que desencadena la muerte súbita.