La compañía norteamericana acumula desde enero una caída que llega al 20%
La pérdida acumulada en los últimos 12 meses por parte de Lilly roza el 30%
L. Díaz
Madrid
La acción de Lilly cotiza actualmente a 33,1 dólares, con lo que se coloca en la franja inferior de su banda de fluctuación del último año. Su comportamiento en 2009 se inició con una pendiente bajista, que mantuvo el perfil de los últimos meses del pasado año y que le llevó a marcar un mínimo anual a finales de febrero al caer por debajo de los 28 dólares. A partir de entonces comenzó a recuperar posiciones hasta el mes de mayo, momento en el que evolucionó hacia una senda horizontal que ha mantenido hasta el día de hoy, donde se mueve en una franja entre 32 y 35 dólares.
Lilly acumula en 2009 una pérdida cercana al 20 por ciento, comportamiento que contrasta con el de la media del sector farmacéutico, que muestra una ligera ganancia en el este periodo. En la comparación interanual la caída de Lilly roza el 30 por ciento, algo que la sitúa como uno de los valores de la muestra con peor comportamiento en este periodo.
Sus resultados del segundo trimestre muestran unos ingresos de 5.293 millones de dólares (3.600 millones de euros) con un crecimiento interanual del 3 por ciento, incremento que hubiera sido mayor de no ser por un impacto muy negativo del tipo de cambio que le ha supuesto la pérdida de 7 puntos de crecimiento. Por mercados geográficos destacó el buen comportamiento del americano, cuyo negocio creció un 12 por ciento y aportó casi el 60 por ciento de los ingresos del grupo. Mientras, su facturación en el resto de mercados internacionales disminuyó un 8 por ciento por el impacto negativo del tipo de cambio.
Como nota destacada del trimestre se debe señalar el buen comportamiento del margen bruto (medido sobre cifra de ventas), que experimentó un crecimiento interanual de 5,4 puntos porcentuales y se situó en el 82 por ciento. Esta mejoría se trasladó hacia abajo a lo largo de la cascada de resultados y ha contribuido de forma significativa al incremento del beneficio en un 21 por ciento, con lo que alcanzó los 1.158 millones de dólares (790 millones de euros), aumento similar al que presenta el beneficio por acción.
En los seis primeros meses del año, los ingresos de Lilly ascendieron a 10.340 millones de dólares (7.100 millones de euros), con un crecimiento interanual del 4 por ciento. Mientras, el beneficio del periodo fue de 2.472 millones de dólares (1.700 millones de euros), un 22 por ciento más que en igual periodo del pasado año. Tras la presentación de estos resultados Lilly ha revisado ligeramente al alza su estimación de beneficio para el conjunto del año.
Uno de los principales problemas a los que se enfrenta este grupo a corto y medio plazo es el vencimiento de patentes, que en algunos casos afectará a productos muy significativos, como es el caso de Zyprexa, cuya patente vence en 2011, así como de Cymbalta, Humalog y Gemzar, que vencen en 2013. Esto ha provocado que Lilly comience una reestructuración para reducir en mil millones de dólares sus costes fijos, hecho anunciado esta semana.
Por otra parte, además de continuar con la potenciación de su actividad de I+D, que actualmente cuenta con 66 nuevos compuestos en fase de pruebas clínicas, Lilly también ha apostado por adquisiciones externas para fortalecer su cartera de productos, como la que realizó el pasado año por 6.000 millones de dólares (4.100 millones de euros) de ImClone Systems, laboratorio especializado en el desarrollo de anticancerígenos y que le ha aportado, entre otros fármacos, Erbitux.
Por otro lado, en relación con su posible comportamiento en bolsa, los analistas estiman un precio objetivo a corto y medio plazo de 36 dólares, un 8 por ciento superior a su precio actual. Se trata de un objetivo poco ambicioso que aún le situaría muy lejos de sus precios históricos.