La farmacéutica estadounidense acumula en 2010 una plusvalía del 3%
En la actualidad cotiza con un fuerte descuento respecto a su máximo histórico
L. Díaz
Madrid
La acción de Lilly cotiza actualmente cerca del límite inferior de su rango de variación del último año. Su comportamiento en 2010 ha venido marcado por cierta volatilidad, al oscilar dentro de una banda definida entre los 32 y los 38 dólares, sin presentar una línea clara de evolución. Desde finales de agosto Lilly ha recuperado posiciones con cierta intensidad, y cotiza actualmente por encima de su precio de principios de año. De este modo, acumula en este periodo una plusvalía del 3 por ciento, ganancia que contrasta con la pérdida del 5 por ciento que acumula el sector.
Los resultados del segundo trimestre muestran unas ventas de 5.748 millones de dólares (4,260 millones de euros), con un crecimiento interanual del 9 por ciento. Este incremento se explica debido a: un 5 por ciento por mayor volumen, un 2 por ciento por mayores precios y un 1 por ciento por un impacto favorable del tipo de cambio. Las ventas en Estados Unidos supusieron el 57 por ciento del total consolidado, con un crecimiento en el año del 8 por ciento, mientras que los mercados internacionales aportaron el 43 por ciento restante del negocio y presentaron un crecimiento similar. El margen bruto sobre ventas de este segundo trimestre se situó en el 82,2 por ciento, similar al del pasado ejercicio.
Al apartado de I+D destinó en el segundo trimestre 1.187 millones de dólares (880 millones de euros), un 14 por ciento más que en igual periodo del pasado año. Esta inversión supuso un porcentaje de los ingresos superior al 20 por ciento, muy por encima de la inversión media del sector farmacéutico. Actualmente cuenta con casi 70 potenciales nuevos fármacos en fase de investigación.
El resultado neto del periodo ascendió a 1.349 millones de dólares (1.000 millones de euros), con un crecimiento interanual del 16 por ciento, similar al que presenta el beneficio por acción. En los seis primeros meses del año las ventas de Lilly ascendieron a 11.234 millones de dólares (8.320 millones de euros), con un incremento en el año del 9 por ciento, mientras que el beneficio neto fue de 2.597 millones de dólares (1.920 millones de euros), un 10 por ciento más que en 2009.
Como hecho destacado reciente cabe mencionar que Lilly acaba de suspender el desarrollo de un nuevo fármaco, Alimta, destinado a combatir cierto tipo de cáncer de cabeza y cuello debido a los resultados poco concluyentes obtenidos en la fase III de ensayos clínicos.
Por otro lado, y en relación con su posible comportamiento en bolsa en el corto y medio plazo, se debe señalar que los analistas estiman un precio objetivo de 35 dólares, que tras la subida de las últimas semanas ha quedado por debajo de su cotización actual. Actualmente Lilly presenta una tendencia claramente alcista, lo que unido al amplio campo de mejora que presenta (cotiza más de un 60 por ciento por debajo del máximo histórico que marcó hace diez años, cuando superó los 100 dólares), permite esperar que en el corto y medio plazo recupere posiciones.
Según algunos analistas, Lilly es un valor que actualmente cotiza barato en relación con algunos de sus más directos competidores, si bien presenta un riesgo a futuro debido al vencimiento en los próximos años de las patentes de algunos de sus principales productos (Zyprexa, Cymbalta y Humalog, entre otros). Frente a la amenaza que esto va a suponer para su generación de ingresos, Lilly, además de potenciar su actividad en I+D, sigue una estrategia diferente a la de otras grandes farmacéuticas. Así, en lugar de centrarse en realizar una gran adquisición, realiza en los últimos tiempos adquisiciones estratégicas de menor tamaño e impulsa la firma de numerosas licencias de comercialización.