La EMA asegura que antes de 2011 recibirá 190 peticiones de nuevas moléculas, 26 más que las llegadas en 2009
La industria investiga cada vez más en ER y la tendencia de presentaciones continúa al alza desde 2000
El Ciberer eleva la investigación traslacional en ER
Si un centro público ha conseguido elevar la investigación traslacional en enfermedades raras, ése ha sido el Centro de Investigación Biomédica en Red (Ciberer). Esta estructura en red, que agrupa 61 grupos de investigación con 700 investigadores y 30 instituciones consorciadas, ha conseguido un incremento importante de este tipo de investigación. En 2009 contaba ya con 69 proyectos de investigación cooperativos (“proyectos intramurales”) en marcha, tal y como comunicó Pablo Lapunzina, jefe de grupo de la Unidad U753 del Ciberer y del Instituto de Genética Médica y Molecular del Hospital Universitario La Paz de Madrid. Un aumento considerable si se compara con años anteriores. En 2007 desarrolló 25 proyectos, mientras que en 2008 alcanzaron la cifra de 49, aún lejos de los 69 conseguidos el año pasado. Estos proyectos se han centrado en algunas enfermedades raras como trastornos del ciclo de la urea, enfermedad de Gaucher, síndrome de Mohr-Tranebjaerg o malformaciones congénitas.
Además, el Ciberer pone en marcha estructuras cooperativas transversales al servicio de los grupos de investigación. Un ejemplo lo representa el Ciberer Biobank, banco de muestras biológicas de ER, que durante este año se ha involucrado en un proceso de implantación de certificado ISO y una campaña de captación de muestras. Asimismo, como anunció Lapunzina, desde el pasado mes de abril el Ciberer es el socio español de Orphanet, el portal de información europeo de referencia en enfermedades raras y medicamentos huérfanos. Y, de cara al año próximo, se ha fijado como objetivo crear un equipo asistencial multidisciplinar específicamente dirigido al seguimiento y control de pacientes con enfermedades metabólicas hereditarias diagnosticadas en la infancia que alcanzan la edad adulta.
irene fernández
Madrid
Las enfermedades raras (ER) han sabido captar en los últimos años la atención de la esfera pública. Y no sólo de la esfera pública, también de la investigación farmacéutica. En la actualidad existen unas 7.000. De ellas, 2.000 son conocidas y 3.000 están en investigación, pero todavía quedan otras 2.000 más sobre las que no existen datos. Este considerable desconocimiento ha propiciado que, desde hace más de 15 años, gracias al Reglamento Europeo de Medicamentos Huérfanos aprobado a finales de los noventa, las ER cobraran relevancia, y que la investigación de nuevas moléculas para estas enfermedades se haya disparado desde 2000.
A este respecto, cabe destacar que las solicitudes de fármacos en investigación que optan a ser considerados medicamentos huérfanos habían experimentado un considerable incremento en los últimos años (ver EG núm. 491). Un incremento que, según explicó en un encuentro informativo organizado por Pfizer hace unas semanas Josep Torrent i Farnell, representante español del Comité de Evaluación de Medicamentos Huérfanos de la EMA, en Europa va a batir récords en 2010 en la presentación de estas solicitudes, con lo que continuará su tendencia al alza. Así, las de 2010 superarán a las de 2009, que, según datos de la EMA, se situaron en 164.
En lo que va de año, Torrent aseguró que ya habían recibido “unas 150 peticiones, que ascenderán a 190 antes de llegar a 2011”. Es decir, se esperan 26 más que en 2009. Si comparamos esta cifra con las que recibió la FDA ese mismo año, la investigación es equitativa (la EMA superó a la FDA sólo en cuatro). Eso sí, esto no ha repercutido en un aumento de los huérfanos autorizados.
En la última década la industria farmacéutica ha presentado en Europa un total de 1.029 solicitudes de designación de medicamento huérfano, de las que 760 moléculas han conseguido la designación (el 36 por ciento para enfermedades extremadamente raras). Sin embargo, por ahora son 68 las que han conseguido la autorización para su comercialización en Europa. Y es que, el complejo proceso de I+D presenta un camino no exento de obstáculos.
Barreras en la investigación
Para los fármacos en general los tiempos de desarrollo de la investigación pueden oscilar entre 10 y 15 años. Unos cinco hasta llegar a la fase I y otros cinco para terminar la III. Pero existen barreras en la innovación de los huérfanos en concreto que dificultan su desarrollo. A la hora de investigar un huérfano hay que prever que, en la investigación preclínica, por ejemplo, conseguir que los modelos experimentales con animales desarrollen ciertas enfermedades raras supone todo un reto.
A su vez, el término de eficacia para estos tratamientos difiere de los convencionales. “Una pequeña mejora para estos pacientes ya puede considerarse eficacia”, argumentó Juan Álvarez, director médico de Pfizer. Y aún hay más retos: el curso natural de estas enfermedades, el diagnóstico tardío y el número de pacientes.
Los criterios convencionales de los fase I, II y III no siempre se cumplen cuando se trata de huérfanos. A veces no se reclutan los pacientes necesarios, porque no existen o por su negativa a participar en ensayos clínicos. Y comparar la molécula con otras en la fase III no siempre es posible, porque no se encuentran más alternativas terapéuticas. A todo ello hay que añadir su alto coste-efectividad.
Porque ¿qué ocurre con el retorno de la inversión? Como explicaron los especialistas, con un huérfano este retorno es mucho menor. De ahí que el reglamento permita que la patente de estos fármacos tenga la exclusividad en esa indicación durante diez años en Europa y siete en Estados Unidos, o que se dote con incentivos cuando aparece un valor añadido.
No obstante, “la industria está haciendo un esfuerzo para investigar estas enfermedades”, aseguró Álvarez. Pero no es suficiente. “Las ER deben ser prioridad en la financiación pública, y debe haber un mayor compromiso farmacéutico, también de la big pharma”, exigió el representante español del Comité de Evaluación de Huérfanos de la EMA. Precisamente, un total de 64 laboratorios en Europa disponen de huérfanos en su pipeline, pero Pfizer es el que más autorizados tiene en Europa para enfermedades raras, seguido de cerca por Genzyme, Orphan, Novartis, GlaxoSmithKline, Bayer Shering y, por último, Roche.
Diagnóstico genético
El 80 por ciento de las enfermedades raras tiene base genética y “el gran avance que ha habido está ayudando a su tratamiento y diagnóstico”, dijo Álvarez. “Estamos en la edad de oro de los descubrimientos genéticos”, matizó. La clave radica, según Montserrat Milá, de la sección de Genética Molecular del Hospital Clínic de Barcelona, en la detección precoz. El diagnóstico prenatal, preimplantacional y preconcepcional son cruciales en este sentido.
Por ejemplo, para la enfermedad corea de Huntington no existen tratamientos. Su diagnóstico genético es especialmente importante para planificar la vida de la familia y del enfermo. “Cada día se conocen más alteraciones genéticas, pero para el diagnóstico presintomático se necesitan pruebas de alta fiabilidad y una especialidad en Genética que en España no existe”, reclamó Milá.
De momento, se han designado como huérfanos hasta 53 terapias genéticas. Pero “la rentabilidad no debe ser nunca el criterio para investigar estos fármacos”, insistió Torrent, “porque investigar en ER no es investigar en beneficio de unos pocos, sino invertir recursos para toda la sociedad”.