“Ante una situación muy mala, hay que buscar alianzas”. Esta frase, pronunciada por José Antonio Gutiérrez, director de la Fundación Lilly, resume muy bien la conclusión a la que, junto a él, llegaron Carlos Campo, gerente de la Fundación Abbott, Carmen González, presidenta de la Fundación Salud 2000, e Isidro Villoria, director de la Fundación Alicia Koplowitz, durante la celebración del debate “Aportaciones y rol de las Fundaciones en un nuevo marco de las relaciones en el sector sanitario”, organizado por Fundamed y EG.
Para Gutiérrez, si no se quiere acabar con las actividades filantrópicas, hay que aportar recursos suficientes a las Fundaciones. Algo que, a día de hoy, pasa necesariamente por la asociación con otras entidades con las que compartir iniciativas, un tema que suele ser tabú entre las farmacéuticas, tal y como explicó Gutiérrez. En este sentido, el presidente de la Fundación Lilly afirmó que podía entender que las farmacéuticas compitieran entre sí en áreas terapéuticas, pero no en aspectos relacionados con la filantropía.
Ante esto, los expertos reunidos a la mesa de debate plantearon que la imagen de las farmacéuticas puede convertirse en ocasiones en un obstáculo más importante que la propia actividad en sí misma a la hora de establecer alianzas.
La clave aquí es, para el director de la Fundación Lilly, “encontrar un punto en común, algo nuevo donde las fundaciones puedan confluir”. Así, abstrayéndose de las motivaciones propias y exclusivas de cada fundación, se ahorran posibles conflictos de intereses y se vuelve más factible una alianza de recursos en la búsqueda de un objetivo común. En este sentido, la presidenta de la Fundación Salud 2000 planteó la necesidad de buscar proyectos concretos en los que colaborar entrelas distintas fundaciones. “Lo importante es encontrar en qué unirse para colaborar y apoyarse mutuamente”.
Un planteamiento con el que el gerente de la Fundación Abbott, se mostró totalmente de acuerdo. Y no solo eso, sino que Campo añadió otra ventaja más a la alianza entre fundaciones: una mayor credibilidad. Por su parte, Jesús Díaz, director general de Relaciones Institucionales de Contenidos, también apuntó la transparencia como otra de las grandes ventajas que se conseguirían a través de la alianza entre estas organizaciones.
Dos caminos
¿Diferenciarse o no de la compañía farmacéutica? A este respecto, el director de la Fundación Lilly y Campo se marcan estrategias distintas. Así, mientras que Gutiérrez se centra en organizar actividades “que no tienen nada que ver con Lilly” como, por ejemplo, simposios en áreas terapéuticas en las que la compañía no tiene ningún fármaco comercializado, el gerente de la Fundación Abbott planteó la necesidad de un cambio de modelo que “si no ha servido hasta ahora, no merece la pena seguir persistiendo en él”.
El gerente de la Fundación Abbott lamentó que, durante mucho tiempo, las fundaciones se han afanado en intentar diferenciarse de sus casas matriz, algo que ha sido “mucho más cierto que percibido” y que no ha obtenido ninguna credibilidad por parte de la población. Por este motivo, Campo pidió un cambio de planteamiento que deje de estar basado en realizar estrategias separadas para pasar a llevar a cabo “acciones estratégicas para la compañía en las que lo que aporten las fundaciones sea rigor, calidad y aproximación ética”.
Más alejado de las compañías farmacéuticas, aunque inmerso de lleno en temas sanitarios, el director de la Fundación Alicia Koplowitz, secundó la opción de las alianzas como medida importante para sobrevivir, pero resaltó al mismo tiempo la “falta de comunicación sobre lo que es la esencia de una fundación”. Según Villoria, ahora es el momento de reflexionar sobre qué es y a qué se dedica exactamente una institución de estas características, así como del momento de alejarse de modas pasajeras para “poner el foco en las necesidades reales de la población”, algo complicado pero que, a la larga, es lo que realmente tiene impacto.
La Fundación Alicia Koplowitz enfatizó la necesidad de “poner el foco en las necesidades reales de la población”
El presidente de la Fundación Lilly aseguró no entender que las compañías compitieran en temas filantrópicos
Carlos Campo
Gerente de la Fundación Abbott. “Estamos en la misma dicotomía que el país, el cambio cuantitativo frente al cualitativo, que es el recorte frente a la reforma estructural. Y, mientras que lo primero es muy sencillo, lo otro implica un esfuerzo mucho más considerable”. “Nuestro interés está en que se dinamice, se perciba, que aumentar la eficiencia del sistema redunda en beneficio del retorno de ahorro de los costes. No hay que mirar únicamente la caja del gasto farmacéutico a la hora de implementar acciones de este tipo”.
José Antonio Gutiérrez
Director de la Fundación Lilly. “Ya no se puede seguir haciendo la labor comercial de los laboratorios como se está haciendo. El paradigma hay que cambiarlo. Es mucho más rentable para la imagen de un laboratorio una actividad filantrópica como la de una Fundación, que le reporte prestigio. En nuestro caso, el objetivo social fundamental son los profesionales sanitarios y, a través de ellos, llegará a los ciudadanos. Y yo creo que los profesionales valoran más asistir a un buen simposio en el que, eso sí, no se hable siempre de lo mismo”.
Carmen González
Presidenta de la Fundación Salud 2000. “Es cierto que existe un recelo a comunicar, pero yo creo mucho en la pedagogía social ya que hay que exponer los buenos ejemplos. Estamos en un momento en el que solo se nos recuerda lo malo y yo creo que hay que abrir una puerta a la esperanza y comunicar que hay gente que está dispuesta a apostar de verdad por cosas altruistas. Hay que sacar las cosas en positivo y poner en valor lo que hacemos desde diferentes Fundaciones. Y yo creo que justo ahora es un buen momento para hacerlo”.
Isidro Villoria
Director de la Fundación Alicia Koplowitz. “Yo creo que es momento de hacer una doble reflexión, hacia fuera y hacia dentro. Primero hay que definir qué es una Fundación: un compromiso de abrir nuevos campos de necesidad, de tomarle el pulso a la realidad, de intentar dar respuesta a necesidades humanas que no están cubiertas. Y, en ese sentido, no debemos ir a suplir o a complementar cosas, sino que tenemos que ir más allá y hacernos eco de las necesidades reales de la población. Y esto es complicado”.
Fundación Salud 2000 (vinculada a Merck)
Nacida en 1991, la Fundación Salud 2000 lleva más de veinte años desarrollando iniciativas para conseguir un objetivo fundamental: la defensa de la Salud como un derecho de todos. Y en torno a esta meta giran todas las actividades que organiza la fundación como, por ejemplo, las Ayudas Merck Serono a la investigación, su actividad más emblemática, dirigida a financiar proyectos de investigación innovadores en siete importantes áreas terapéuticas. Además, a través de una serie de publicaciones sobre bioética y derecho sanitario y un servicio de asesoría jurídica que pretende dar respuesta a cuestiones sobre la relación médico-paciente, la fundación pretende acercar estos temas a los profesionales sanitarios. Otro de los temas que preocupan a la fundación es la promoción del conocimiento, un área con la que también están muy concienciados. Por eso, no solo organizan sus “Encuentros Salud 2000”, una serie de debates en torno a temas sanitarios de actualidad, sino que también gestionan Jornadas dentro de este mismo ámbito, realizan informes sobre asuntos que pueden suscitar dudas entre los profesionales sanitarios e incluso han creado recientemente un premio periodístico con el pretenden promover la concienciación sobre determinadas enfermedades.
Fundación Lilly (vinculada a Lilly)
Con un objetivo claro en mente: contribuir al mejor desarrollo de la sanidad española, la Fundación Lilly comenzaba su andadura en 2001. A partir de esta idea, esta institución lleva más de diez años organizando actividades en torno a tres ejes: apoyo a la I+D+i biomédica, conocimiento en papel y en la red y compromiso con los profesionales. Dentro del primer eje, la fundación lleva desde su nacimiento organizando sus premios de investigación biomédica, además de 21 simposios científicos a los que asisten de media unos 400 profesionales y un Foro de Ciencia que vaya por su cuarta edición. Los objetivos del segundo eje los consigue la fundación a partir de su biblioteca y la base de datos MEDES, de medicina en español, que recoge una selección de más de 70 revistas científicas, de acceso libre y gratuito. Por último, la Fundación Lilly consigue el compromiso con los profesionales sanitarios sobre todo con su Programa de Alta Dirección en Instituciones sanitarias, un curso celebrado en el IESE y por el que han pasado ya unos 800 participantes en las doce ediciones que se lleva celebrando. Además de este programa, la fundación también participa en una cátedra de Educación Médica con la Universidad Complutense de Madrid.
Fundación Abbott (vinculada a Abbott)
A punto de cumplir diez años (nació el 11 de abril de 2003), la Fundación Abbott se constituyó con el objetivo de contribuir a la mejora de la salud de la población, una meta a partir de la cual la organización se fijó cuatro importantes puntos: fomentar la investigación científica y técnica, potenciar la formación continuada de los profesionales sanitarios, colaborar con asociaciones de pacientes y ONG y desarrollar acciones en el marco social, político y científico de la sanidad española. Para la consecución de estos objetivos, la Fundación ha puesto en marcha, por ejemplo, un programa de intervención temprana en las bajas laborales producidas por trastornos musculoesqueléticos, además de participar activamente en tres cátedras diferentes: de Medicina Crítica (en colaboración con la Universidad Autónoma de Madrid), de Imagen Cardiovascular (junto a la Universidad Complutense de Madrid) y de Economía de los Medicamentos (con la Universidad Carlos III, también en Madrid). Además, la Fundación promueve jornadas de debate, edita publicaciones que tratan de ser un referente útil en la comunidad científica y este año ha convocado ya la segunda edición de su Certamen de Relatos sobre Enfermedad Crónica.
Fundación Alicia Koplowitz
Constituida en 2005 de la fusión de la Fundación Vida y Esperanza, nacida en 1994 con una vocación asistencial enfocada a colectivos con necesidades específicas, sobre todo la población infantil, y de la Fundación Alicia Koplowitz, creada en 2003 con el objetivo de convertirse en apoyo en el campo de la salud mental en niños y adolescentes, la nueva Fundación Alicia Koplowitz centra su actuación en dos vías: apoyo a la investigación y programas de acción social. Para cumplir la primera de estas vías de actuación, la Fundación concede anualmente hasta un máximo de cinco becas de formación avanzada en psiquiatría y psicología infanto-juvenil y diez becas para estancias cortas de especialización e investigación en psiquiatría o neurociencias. Además, esta fundación también promueve la realización de proyectos de investigación clínica sobre psiquiatría en la infancia o la adolescencia, así como en enfermedades cerebrales de comienzo temprano. Asimismo, la fundación también organiza jornadas y patrocina congresos, cursos y seminarios. Por otro lado, la construcción del Centro de Esclerosis Múltiple de la Comunidad de Madrid “Alicia Koplowitz”, que atiende las necesidades humanas y sociales de estos enfermos es parte de su Programa de Acción Social.