Las farmacéuticas se muestran indecisas sobre el camino a seguir por los continuos cambios del entorno

Es necesario realizar un estudio previo de la situación para optar con garantías por el modelo adecuado

| 2009-05-17T18:11:00+02:00 h |

Carlos Arganda

Madrid

El constante cambio del sistema sanitario español siembra la incertidumbre en las compañías farmacéuticas de nuestro país, que se encuentran paralizadas a la hora de tomar la decisión sobre qué camino elegir para su modelo de negocio. Existen diversos factores que propician este clima de indecisión, y por ello la consultora IMS Health ha elaborado un informe que analiza estos aspectos y recomienda a las empresas una serie de decisiones a tomar para adaptarse a los cambios del entorno.

Sin embargo, estas decisiones por las que las empresas han de optar no están marcadas por una serie de pautas generales, sino que cada compañía deberá realizar un estudio previo de la situación y optar por un modelo de negocio individualizado si no quieren quedar rezagadas y verse superadas por la competencia del propio sector de la industria farmacéutica.

Los elementos que identifica IMS Health como detonantes del cambio en el entorno sanitario y que tantos quebraderos de cabeza dan a las compañías farmacéuticas son el nacimiento de una mentalidad económica, los cambios en el poder de influencia de los diferentes stakeholders y la descentralización del poder de decisión en las opciones de tratamiento. Son tres factores ante los que las empresas se encuentran paralizadas, a la espera del momento adecuado para tomar una decisión que le aporte el enfoque adecuado a su modelo de negocio.

Pautas a seguir

Las compañías no deben esperar a ver cómo evoluciona el sistema sanitario, sino que han de comenzar a moverse para situarse en posiciones estratégicas preferentes. Lo primero que se recomienda desde IMS Health es la inmediata identificación de todas las cuestiones relevantes que necesitan respuesta y ayudar a llevar a cabo una transformación estructurada y paso a paso. Para ello, se propone una evaluación a fondo de los cambios en el entorno, analizando el impacto que tienen en el negocio de la compañía y si es necesario un cambio resultante.

Tras llevar a cabo esta evaluación de los cambios, según los puntos débiles que se hayan observado en el modelo de negocio que en ese momento posea la compañía y una vez identificadas las amenazas hacia el mismo, deberán definirse los cambios necesarios en la estrategia, la línea y el modelo organizativo.

Con todo ello, se deberán centrar de manera minuciosa en el marco de trabajo resultante, en los procesos que se crearán o se modificarán y en los roles del personal en base a sus capacidades, al tiempo que no deben dejar de lado las más que posibles diferencias entre áreas geográficas. Por otro lado, se debe realizar una redimensión cuidadosa de los recursos que serán necesarios en cada una de las funciones.

Con el nuevo modelo definido, éste debe llevarse a la práctica con la delimitación y la ejecución de un plan de acción determinado y correctamente planificado. A partir de aquí, la compañía tiene que centrarse en las áreas que requieren especial atención, como son la adaptación de los sistemas de evaluación del desempeño y cálculo de incentivos, la definición de nuevos roles, el desarrollo de las habilidades necesarias y la implantación del proceso de gestión del cambio. Además, se debe incluir un plan de comunicación que esté dirigido a cada una de las áreas de la compañía.

Asimismo, deben asegurar la consecución de los fines de cada fase, por lo que se debe instaurar un sistema de indicadores clave y contemplar la posibilidad de marcar planes de contingencia para llevarlos a cabo en caso de no lograrse los objetivos.

Durante el proceso de transformación, deben elegir un momento para realizar una evaluación de las ventajas del cambio al nuevo modelo, de manera que si las cosas no salen según lo esperado se puedan poner en marcha las alternativas que previamente se habrían estudiado. El esquema de trabajo no será lineal, sino que se tratará de un proceso circular que posibilite la adaptación a los cambios que sufre el sistema sanitario.