La valoración general que otorgan a la gestión de las administraciones central y autonómica es de un 2,6 sobre 10, según una encuesta de EG
La única medida del RDL 4/2010 cerca del aprobado es la limitación de descuentos, que afectará a las existencias de EFG en las reboticas
i. fernández/ R. Bueno
Madrid
Ni siquiera un aprobado raspado. Las compañías de genéricos califican con un suspenso las políticas que afectan a los EFG desarrolladas, en estos últimos años, por el Gobierno y las administraciones autonómicas. ¿La nota general que otorgan a esta gestión? Un 2,6 sobre 10, según los resultados de una encuesta realizada por EG a nueve destacadas compañías de genéricos, de las cuales más de la mitad se encuentran en el top-ten y de las que casi un 80 por ciento son multinacionales.
Este descontento generalizado del sector se centra, con especial interés, en el Real Decreto Ley 4/2010 sobre racionalización del gasto farmacéutico aprobado por el Gobierno recientemente. Un texto cuyas medidas tampoco alcanzan el aprobado por las farmacéuticas encuestadas. En concreto, de las tres principales medidas del Real Decreto Ley 4/2010 que afectan a los genéricos: reducción de precios, cambio del Sistema de Precios de Referencia y limitación de los descuentos, la única más cercana al 5 (con un 4,6 sobre 10) es la que se refiere a la limitación de los descuentos.
Esta elevada nota, que sorprende y contrasta con la escasa puntuación (un 0,3 y un 0,6 sobre 10) que consiguen las otras dos medidas, se debe a la alta puntuación de dos compañías internacionales que han calificado hasta con un 8 la prohibición del descuento libre.
Hay que recordar que la nueva redacción de la Ley de Garantías limita los descuentos que perciban las oficinas de farmacia por parte de los laboratorios por los pedidos de genéricos por volumen o pronto pago a un máximo del 10 por ciento.
¿Menos principios activos?
Otra de las consecuencias de la aplicación del Real Decreto Ley 4/2010 que se mantiene en el aire es la posible desaparición de algunos principios activos. Todas las compañías encuestadas coinciden en señalar que sí es probable que desaparezca alguna molécula, como consecuencia de la reducción de rentabilidad que conllevaría la bajada de los precios propugnados por la norma. De hecho, no sólo piensan que desaparecerán en todo el sector, sino que el cien por cien de las compañías, a excepción de una farmacéutica internacional cuyas ventas se centran en el ámbito hospitalario, reconocen que también lo harán en lo que respecta a su propia empresa.
Entre los principios activos que corren el riesgo de extinción, las compañías han citado, en referencia a los que pueden dejar de fabricar ellos mismos, la amoxicilina DCI y el irbesartán DCI. Una opinión que disiente con la visión de la propia Administración que, sin embargo, aseguró que con la entrada del nuevo decreto las modificaciones al Sistema de Precios de Referencia establecidas no terminarían con ninguna molécula. De hecho, José Martínez Olmos, secretario general de Sanidad, aseguró en una entrevista concedida a EG que, “con total seguridad”, no desaparecería ningún principio activo en el mercado, porque “habría proveedores de esos productos”.
La desaparición de principios activos no es el único efecto que podría perjudicar directamente a los pacientes a consecuencia de las medidas incluidas en el Real Decreto Ley 4/2010. Todas las compañías consultadas coinciden, del mismo modo, en que también desaparecerán algunas presentaciones, entre las que citan paracetamol 1g 40 comprimidos, enalapril 5 mg, acetilcisteína comprimidos efervescentes 600×20. En todos los casos, con la única excepción de la compañía del ámbito hospitalario, las empresas reconocen que la desaparición de presentaciones afectará a su propia producción.
Consecuencias laborales
No sólo son efectos directos sobre los pacientes, el propio empleo de las compañías peligra. En este sentido, es de destacar que un 90 por ciento de las compañías consultadas está segura de que esta norma afectará al empleo del sector de los genéricos en general. Aunque, sin embargo, sólo un 60 por ciento piensa que afectará en el seno de su propia empresa. Estas consecuencias se traducen tanto en despidos como en cancelación de nuevas contrataciones. Un efecto que tendrá una gran importancia dentro de este sector que, según su patronal, Aeseg, emplea de manera directa a más de 4.000 personas en toda España.
Además, en referencia a las consecuencias en el sector, todas coinciden en que se producirá una reestructuración del mismo con la desaparición de compañías pequeñas. Sin embargo, al ser preguntadas por la valoración de esta reestructuración sólo cinco compañías califican este efecto de “malo”, mientras que al resto (compañías internacionales) les parece “indiferente”.
Todas estas consecuencias vendrán por la pérdida de facturación que sufrirán las compañías y que, en promedio, según ellas mismas manifiestan, podría alcanzar el 23 por ciento de sus ventas. Aunque algunas de ellas temen que esta cifra alcance hasta el 28 por ciento, esa media se ve reducida porque la compañía con venta en hospitales, en cambio, reconoce que la norma no afectará a su negocio, ya que sus productos no se ven influidos por las medidas de control.