n “De venta en farmacias”, un reclamo publicitario para productos de escasa eficacia

n Sanidad reconoce que se debe actuar “para que no se use libremente” esta publicidad

| 2009-12-04T16:23:00+01:00 h |

a.c.

Madrid

“No en mi nombre”. Los farmacéuticos nacionales empiezan a estar hartos de que se utilice el prestigio que, de cara a la población, tienen las farmacias como trampolín publicitario de ciertos productos cuyas dudosas propiedades son compensadas con campañas promocionales en las que suele usarse el lema: “De venta en farmacias” para otorgar un plus de confianza al consumidor, cuando la realidad dice que, en muchos casos, son vendidos en muchos otros lugares que no son precisamente una botica.

“Si todos esos productos fuesen de calidad, ese lema podría ser beneficioso tanto para la compañía como para nosotros. El problema estriba en que cuando el producto es engañoso o ineficaz, el uso de ese lema lo único que provoca es que nuestra reputación se vea perjudicada”. Éste es el sentir general del colectivo farmacéutico que expresa Carlos Alonso, vocal de oficina de farmacia del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Alicante.

Hacer del prestigio una treta. Así podría resumirse estas prácticas, que obtienen en muchos casos buenos resultados, puesto que “los ciudadanos suelen hacer mucho caso de lo que se dice en televisión”, recuerda Alonso. Esto provoca, según él, que cuando un cliente reclama uno de estos productos que ha visto anunciado, generalmente de parafarmacia, “tenemos que hacer de Quijotes contra la televisión y concienciar al paciente de lo inefectivo del mismo”. Y es que, al final, es la profesionalidad y experiencia del farmacéutico la que se revela fundamental “para diferenciar qué producto es bueno o malo y por tanto, y si tiene cabida o no en nuestras estanterías”.

“El cliente debe saber que cualquier producto que adquiera en una botica cumple con los requisitos exigidos en la legislación cosmética y que si no lo encuentra en este local, a pesar de que se anuncie así, por algo será”, manifiesta al respecto Cristina Tiemblo, vocal nacional de Dermofarmacia del Consejo General de Farmacéuticos. Asimismo, recuerda que en la farmacia el cliente encontrará una ventaja que no hay en el resto de canales: “El consejo profesional”.

¿Mayor regulación?

A día de hoy, la profesión farmacéutica poco puede hacer para impedir la utilización de este lema, “pero sí puede decidir no tenerlos en su local, e incluso informar de los riesgos para la salud que pueden significar alguno de ellos”, dice Alfonso del Pozo, vocal de Dermofarmacia del COF de Barcelona y miembro de la Comisión de Parafarmacia de este institución que, desde hace 15 años, realiza seguimientos de los productos existentes y de los mensajes promocionales que el comercializador utiliza. “Al final hay 21.000 listones distintos, tantos como farmacias abiertas hay”, manifiesta su homólogo alicantino.

¿Se revela suficiente la regulación actual para evitar la publicidad engañosa o, por el contrario, es fácil sortear estos obstáculos legales? Alfonso Jiménez, director general de Farmacia de Sanidad, apunta que “no puede ni debe ser que productos como cosméticos o dietéticos se publiciten como fármacos o utilicen libremente otros argumentos sanitarios, por lo que habrá regularlo”, augura.

A priori, España cuenta con normativas como el Real Decreto 1907/1996 que velan para que la publicidad de productos con finalidad sanitaria “no cause confusión en el consumidor”. Sin embargo, “siguen produciéndose engaños y fraudes”, sentencia Del Pozo.