José María López Alemany
Un año más los presupuestos de las comunidades autónomas para prestación farmacéutica son claramente insuficientes. Para toda España, casi un 8 por ciento de desfase entre lo que las autonomías han presupuestado y lo que se ha gastado en los últimos 12 meses. Si a ese gasto registrado a lo largo de 2009 se le suma el incremento del consumo que se experimentará el año que viene, la diferencia entre el presupuesto y el gasto real superará probablemente el 10 por ciento al final de 2010.
Esta estrategia de presupuestar hasta el 36 por ciento menos de lo que se ha gastado el año anterior, no tiene ninguna justificación y sólo se trata de una ingeniería financiera que utilizan bastantes comunidades. Pero esta situación tiene unos claros perjudicados, que no son otros que los farmacéuticos, ya que los medicamentos seguirán prescribiéndose como hasta ahora al no esperarse ninguna medida estructural que ataje la demanda farmacéutica. Y, por contra, las dificultades de cobro serán aún más frecuentes y prolongadas que en años anteriores.
Esta situación dificulta aún más la supervivencia de las farmacias que, a la pérdida de margen que sufren los últimos años y a la financiación que ya hacen al SNS durante los periodos de facturación, como mínimo un mes, ahora se le va a sumar una financiación adicional de tres o cuatro meses que amenaza la viabilidad de muchas pequeñas farmacias que sobreviven en España.
Lamentablemente, no pasará mucho antes de que empiecen a tirar la toalla y cerrar las puertas, ya que algunas de ellas son únicamente la manera de proveerse de un malpagado puesto de trabajo, y poco más.