Puedo entender las reticencias que tiene el Gobierno para la tramitación como proyecto de Ley del Real Decreto-ley 16/2012. Sería dar oportunidad a la oposición para estar machacando durante un tiempo bastante largo con los recortes, la reducción de prestaciones, las cuestiones la situación laboral de los médicos, sobre el aseguramiento o los copagos y demás críticas que se le han hecho. Además, los anteriores decretazos en materia sanitaria tampoco fueron tramitados como proyecto de Ley. Pero creo que hacerlo podría ser muy importante para el desarrollo futuro del SNS.
Coincido con muchos de los que, sobre todo en privado, dicen que por primera vez se han tomado medidas de verdad, aunque sean duras, a la búsqueda de la sostenibilidad del sistema. Y precisamente por eso se debe intentar que la reforma sea completa y con vocación de permanencia en el tiempo.
Por si fuera poco, han sido bastantes instituciones las que han avisado de los problemas legales que alguno de los artículos podría causar. Unido a ello, tal y como se puede observar en el debate que publicamos en esta misma página, entre José Martínez Olmos y Concepciò Tarruella, portavoces del PSOE y CiU en la Comisión de Sanidad del Congreso, respectivamente, la posición del resto de grupos políticos es clara. Se opondrán a la convalidación del Real Decreto-ley.
Creo que una norma que sienta las bases de la configuración futura del SNS y que incorpora una serie de reformas imprescindibles debe ser afinada con su correspondiente procedimiento de trámite parlamentario. Trámite que no retrasa en nada la puesta en marcha de la esencia de la reforma pero permitiría solventar problemas de gravedad.
@JoseMLAlemany en Twitter