José María López Alemany
La evolución del mercado farmacéutico en España durante 2010 ha sido mucho más negativa de lo que los más pesimistas podían prever tras la aprobación de los reales decretos leyes 4/2010 y 8/2010. Al efecto conocido y fácilmente calculable de los ‘decretazos’, se le ha sumado una variable difícil de determinar a priori: el descenso en la demanda, tanto en el ámbito público como privado.
En efecto, durante 2010, según datos de IMS Health, el número de envases totales vendidos en las farmacias españolas creció solamente un 0,3 por ciento, muy lejos de las cifras en torno al 5 por ciento de ejercicios anteriores. Dado que, según los datos de Sanidad, el número de recetas creció un 2,56 por ciento en 2010, parece claro que se han hundido las ventas de medicamentos no reembolsados, así como los procedentes de recetas privadas. Un 6 por ciento, aproximadamente.
Este hecho ha dado como resultado que el mercado haya entrado en recesión incluso antes de aplicar los descuentos del 7,5 por ciento del RDL 8/2010. Por ello, si la tendencia de la demanda sigue igual, no es muy aventurado asegurar que 2011 será el más duro para el sector en toda su historia, ya que, además, el 1 de marzo será efectivo el Sistema de Precios de Referencia más duro que ha tenido España, que reducirá aún más la factura.
Por ese motivo, no es de extrañar que ante un escenario en el que el gasto está controlado y lo va a estar más, farmacia, distribución e industria alerten de las consecuencias de las acciones individuales ya conocidas de algunas autonomías y avisen a otras que puedan venir detrás, con propuestas imaginativas que ya están preparando.