| domingo, 01 de marzo de 2009 h |

José María López Alemany

Hace ya bastante tiempo que todas las miradas se giran hacia los países emergentes en el ámbito de la producción. Lo que empieza a ser un fenómeno nuevo es que el conocimiento también se está desplazando hacia estos países. En este caso, con mayor importancia a Asia.

El presidente de Farmaindustria, Jesús Acebillo, avanzó la semana pasada que la crisis, entre otros factores, ha dado lugar a que en Europa y Estados Unidos hayan cerrado en el último año 14 centros de I+D. No obstante, esa misma crisis no ha sido obstáculo para que se hayan abierto, por parte de compañías farmacéuticas, 16 centros de investigación en diferentes países asiáticos. Él lo ha identificado como un cambio de paradigma. Y tiene razón.

No obstante, aún hay muchas cosas que se pueden hacer a nivel europeo y español para limitar los efectos de ese cambio de paradigma. Una de ellas es el apoyo a las tareas de investigación que realiza la industria farmacéutica, tal y como se negocia en el marco del Plan Sectorial de la Industria Farmacéutica entre Farmaindustria y el Ministerio de Sanidad.

Otra es evitar que la legislación obligue a las compañías a trasladar sus centros de investigación porque la normativa sea tan estricta en algunos sentidos que haga, literalmente imposible, realizar cualquier investigación. Éste es el caso de la directiva de utilización de animales con fines científicos que está ahora mismo en tramitación. Algunas de cuyas premisas pueden poner, si no se cambian, en dificultad la I+D e incluso la producción de algunos medicamentos y vacunas.