| domingo, 21 de junio de 2009 h |

José María López Alemany

La semana pasada tuvo lugar una jornada sobre investigación clínica con medicamentos organizada por Farmaindustria y la Consejería de Sanidad de Madrid, en la que se pudo observar que uno de los males que acechan a nuestra I+D clínica es la burocracia asociada a todos los procesos de autorización.

España no tiene una posición destacada en ninguno de los plazos que transcurren para iniciar los ensayos y, por el contrario, somos uno de los países que peor tasa de reclutamiento de pacientes presentamos. Esta realidad, cuantificada por el ‘Proyecto Best’, da lugar a una pérdida de oportunidades para poder atraer más I+D clínica a nuestro país. Como dijo el director médico de Lilly, la globalización de la investigación clínica hace que sea necesario competir en costes y en rapidez ya que la calidad, incluso en los países emergentes, está asegurada.

Existen muchos procesos administrativos que se deberían acelerar lo más posible. Tanto la Agencia Española de Medicamentos como los Comités Éticos o los gerentes de los hospitales, deben ser conscientes de la pérdida de oportunidades que supone un retraso de un día en la puesta en marcha de un estudio. Por este motivo, los expertos asistentes a la jornada abogaron, entre otras cuestiones por la generalización del contrato único, para acelerar el inicio de los estudios.

Generalizar estos contratos y concienciar a los actores de los procesos de autorización podría permitir una mejoría global de la I+D clínica en España, llegando incluso a situarnos como uno de los líderes en ese ámbito. Se trata, por tanto, de unas cuestiones igual de simples que eficaces que colocarían a nuestra investigación a la vanguardia.