José María López Alemany
La sensación que deben tener los responsables de la Asociación para el Autocuidado de la Salud (Anefp) ante la contundencia de sus argumentos y el poco éxito que tienen desesperaría a cualquiera, pero no a Rafael García Gutiérrez. El director general de Anefp ha luchado en estos últimos tiempos por conseguir el desarrollo del sector del autocuidado, al tiempo que facilitar algo tan loable como la sostenibilidad del sistema. Y, aún así, sus propuestas no siempre han sido recogidas por las administraciones.
Con motivo del balance sobre el 30º aniversario de la asociación, tanto García Gutiérrez, como Jaume Pey, su presidente, esbozaron los logros que Anefp ha conseguido en estos años. Unos pequeños pasos que han permitido al sector sobrevivir. Pero ahora está en juego que los productos sin receta puedan aportar un mayor valor a los ciudadanos y al Sistema Nacional de Salud. En este sentido, si las modificaciones legales contenidas en la Ley Ómnibus y, especialmente, el nuevo Plan Estratégico de Política Farmacéutica contemplara algunas de las peticiones de Anefp, este mercado podría, por fin, despegar.
Y ese despegue no es sinónimo de que una serie de compañías ganen mucho o poco dinero. Ese despegue sería el primer paso para asegurar la sostenibilidad del sistema, sin quitar ninguna prestación a los ciudadanos y, por supuesto, facilitaría una mejor información y conocimiento de los ciudadanos sobre los problemas asociados a su salud y sus tratamientos.
Por todo ello, espero que Anefp deje de clamar en el desierto de las peticiones porque su voz haya sido al fin escuchada. Con ellos, todos nos beneficiaremos.