Resulta bastante habitual encontrar personajes de renombre en el sector, en su más amplio sentido, hablando bien de las medidas más impopulares del RDL 16/2012, el cambio en el copago y la desfinanciación. Opiniones que, más allá de simpatías políticas, destacan que esas medidas y alguna otra incluida en este RDL son más que buenas, imprescindibles para asegurar el futuro del SNS.
Lógicamente, cualquiera puede pensar que quien dice eso lo hace por plantear la defensa de sus propios intereses y no los del sistema o la sociedad. Pero creo, sinceramente, que es la única opción de futuro para nuestro Sistema Nacional de Salud que, además, dejará de ser rara avis dentro de los sistemas sanitarios de nuestro entorno.
Creo que las nuevas medidas van en la buena dirección, aunque se van a aplicar a un sector que ha sufrido otros tres decretazos en dos años y, por tanto está ya muy tocado en lo económico e incluso en lo anímico, por lo que sus efectos podrían resultar devastadores. Por ese motivo, no paro de pensar en que si en marzo de 2010 las medidas que se implantaron hubieran sido las aprobadas ahora, la situación del sector sería mucho mejor, el efecto de las reformas estructurales ya habrían tenido lugar y las arcas públicas tendrían asegurado su saneamiento futuro. Y es que, por primera vez en mucho tiempo se ponen medidas que miran en otras direcciones y no solo en la de la rebaja de precios.
Por ello, considero que las medidas aprobadas por los diferentes decretos de 2010 y 2011 solamente han servido para que los políticos retrasaran lo inevitable. Han sido dos años perdidos en lo que a búsqueda de la sostenibilidad del SNS se refiere.
@JoseMLAlemany en Twitter