La adquisición por parte de Amgen de la tecnología del anticuerpo bioespecífico (BITE) de Micronet hace ya más de un año supuso una revolución en la investigación oncológica, ya que se ofrece un nuevo enfoque para tratar el cáncer desde un espectro de actuación muy amplio. Esta tecnología del anticuerpo específico dirigida a los antígenos de las células tumorales ausentes o inaccesibles en las células normales, permite que las defensas naturales del paciente movilicen los linfocitos T citotóxicos del cuerpo para llegar a las células cancerígenas, atacarlas e inducir la apoptosis solo de las células cancerígenas.
De este modo, puede atacar y destruir cualquier proteína en la superficie de las células cancerosas. Así, los puentes que crean los anticuerpos monoclonales permiten que los linfocitos T introduzcan proteínas y enzimas directamente en la célula tumoral y desencadenen la apoptosis. “BITE es una plataforma única; si tiene éxito el resultado podrían ser medicamentos extremadamente eficaces y sobre todo seguros y que serán bien tolerados por los pacientes”, aseguró Patrick Baeuerle, vicepresidente de Amgen Research en Múnich.
De hecho, los resultados de los estudios en fase II de Blinatumomab, desarrollados para la leucemia linfoblástica y el linfoma no Hodgkin, muestran su eficacia. Este nivel de estudios con el anticuerpo monoclonal blinatumomab en pacientes adultos con leucemia linfoblástica aguda (LLA) de células B precursoras ha obtenido muy buenos resultados en aquellos que habían recaído tras el tratamiento con el estándar de primera línea de quimioterapia o trasplante alogénico de células madre.
Así, según explicó Ralf Bargou, hematólogo y oncólogo de la Universidad de Wurzburgo Julius Maximilian, “el 72 por ciento (26 de los 36 pacientes) tratados con blinatumomab a través de todas las dosis ensayadas lograron remisión completa con la recuperación hematológica parcial, que eran los objetivos primarios del estudio”.
Los pacientes recibieron blinatumomab durante 28 días seguidos de dos semanas fuera de la terapia durante un ciclo de tratamiento de seis semanas, con un máximo de cinco ciclos. La supervivencia media fue de nueve meses con una mediana de seguimiento de 10,7 meses. La duración media de respuesta en los 26 pacientes que respondieron al tratamiento fue de 8,9 meses. Así y según explica Bargou, “los efectos adversos más comunes fueron fiebre, dolor de cabeza y temblores; y de mayor importancia médica, aunque reversibles, el síndrome de liberación de quitoquinas y algún evento del sistema nervioso central”.
Apuesta por la I+D
La adquisión de Micronet hace ya más de un año fue, en definitiva, “una muestra más del compromiso de Amgen en la búsqueda de la mejor ciencia médica a través de nuestras capacidades de I+D y a través de las tecnologías”, aseguró el vicepresidente de Amgen en Europa, Carsten Thiel, que destacó la importancia que tiene para Amgen en estos momentos el centro de investigación en Múnich.
En estos momentos Amgen se encuentra desarrollando también otros tratamientos oncológicos innovadores como puede ser Trebananib para el cáncer de ovario, Telimogene laherpaepvec para el melanoma o Rilotumomab para el cáncer gástrico. Todos estos tratamientos se encuentran en fase III de estudio.