LUCÍA GALLARDO
Barcelona
El Departamento de Salud de Cataluña y la Sociedad Catalana de Farmacia Clínica celebraron la III Jornada sobre Seguridad del Paciente y Medicamentos, donde se presentaron los proyectos relacionados con el uso de los fármacos en el marco de la Alianza por la Seguridad de los Pacientes, iniciativa impulsada por la Administración catalana.
Pregunta. ¿Qué trabajos centraron la jornada?
Respuesta. Teniendo en cuenta que el objetivo de todos ellos es progresar en la mejora de la seguridad de los pacientes, se presentó un estudio sobre la incidencia de errores de medicación en seis hospitales de Cataluña. Se detectaron 17 errores por 100 pacientes/día, la mayoría en el momento de la dispensación (el 48 por ciento), seguido de la validación (27 por ciento) y la prescripción (16 por ciento). No obstante, sólo el 15 por ciento de los errores llegó al paciente y el 0,5 por ciento causó algún daño.
P. Según estos datos, ¿el paciente no acostumbra a sufrir los errores de medicación?
R. Así es, como también lo indica el programa de prevención de errores del Departamento de Salud, que ha registrado hasta la fecha 3.700 errores, el 94 por ciento de los cuales no llega a producir ninguna lesión al paciente. Eso sí, sabemos que estas notificaciones son sólo constituyen la punta del iceberg, aunque indican que los errores no provocan un daño grave.
P. ¿Qué otros estudios os indican que hay que actuar para mejorar la seguridad del paciente?
R. Se presentó un estudio realizado en cinco hospitales sobre 1.550 pacientes hospitalizados, que reveló que el 10 por ciento sufrió un acontecimiento adverso producido por medicamentos. La mitad podría haberse evitado, por lo que la incorporación de señales de alerta en la prescripción o la validación se hace necesaria.
P. En todas estas estadísticas, ¿no se os escapa el error que se produce en la casa del paciente?
R. Sí, por supuesto, y por ese motivo estamos intentando mejorar la educación del paciente y darle pautas para prevenir los errores, porque él también es responsable, aunque en el fondo sea un error del sistema. No hay que acabar con la dispensación, sino que debemos llegar a la casa del paciente. Es decir, hay que explicarle cómo tomar la medicación y darle herramientas para que lo haga correctamente.
P. En este punto, ¿la oficina de farmacia también es relevante?
R. Por supuesto, aunque los proyectos que presentamos son de atención hospitalaria y primaria, cuando realizamos recomendaciones para prevenir errores tenemos en cuenta la farmacia, y muestra de ello es el programa de formación que tenemos en marcha junto con los colegios de farmacéuticos sobre el uso de medicamentos de las personas mayores.