Un estudio elaborado por IDtrack, en colaboración con FEFE, señala que distribución e industria prefieren la RFDI al sistema Datamatrix

El principal problema a la hora de implantar la RFID es su coste y el hecho de que España sería el primer país de Europa en aplicarla

| 2009-03-08T18:21:00+01:00 h |

J. N.

Madrid

El debate acerca del sistema a implantar en España para realizar la trazabilidad e identificación de los medicamentos, tal y como exige el desarrollo del artículo 87 de la Ley de Garantías, se centra desde hace mucho tiempo en dos tecnologías: Datamatrix y radiofrecuencia (RFID). Un dilema que el Ministerio de Sanidad deberá resolver tras la realización de la prueba piloto que se iniciará en breve, y en la que están incluidos los tres eslabones de la cadena que conforman el sector: industria, distribución y farmacia.

En este sentido, un estudio elaborado por IDtrack, que cuenta con la colaboración de la patronal estatal de oficinas de farmacia FEFE y que se comenzó a realizar en junio de 2008, “Estudio sobre trazabilidad y tecnologías de identificación en España”, arroja algunas luces para saber qué sistema es el preferido por el sector.

Lluís Soler, director de IDtrack, puso de manifiesto que, pese a las dudas existentes, sobre todo las expresadas por la industria farmacéutica, “tecnológicamente la RFID está preparada para llevar a cabo la trazabilidad de medicamentos”. Y es que, a lo largo de los años, este sistema ha superado limitaciones, como el hecho de que no pudiese aplicarse correctamente, por ejemplo, en líquidos o metales.

A esta valoración positiva acerca de la RFID se unen los resultados de este estudio, realizado entre un centenar de responsables y directores de logística de la industria y la distribución, que reflejan que el 22 por ciento de los encuestados cree que la RFID es la mejor tecnología a aplicar para llevar a cabo la identificación de los fármacos. Un hecho que contrasta con el 8 por ciento de los encuestados que se pronunciaron a favor del sistema Datamatrix. Cabe destacar que todavía hay muchos partidarios del clásico código de barras, un 18 por ciento.

Igualmente, el estudio elaborado por IDtrack refleja que la mayoría de los encuestados, el 94 por ciento, sí había oído hablar de la trazabilidad; que para el 87,3 por ciento era una preocupación; y que el 85,1 por ciento tenía implantado algún sistema de trazabilidad en la actualidad. A este respecto, la implantación, cabe resaltar que “sólo” el 62,5 por ciento lo hacía con un sistema plenamente automatizado.

También destaca, según lo datos recogidos en el estudio, que la mayoría de los encuestados tenían implantados sistemas de trazabilidad “para cumplir las normativas legales”, un 77,5 por ciento, mientras que sólo un 27,5 respondieron que lo hacían para “mejorar la seguridad de los productos”. Asimismo, los encuestados dieron su opinión acerca de la trazabilidad térmica, algo que preocupaba al 77,7 por ciento de los mismos y que está implantada en el 86,2 por ciento de la industria y la distribución de medicamentos.

Problemas de coste

Respecto a la posible implantación de la RFID, tal y como prefieren la mayor parte de los encuestados (a pesar de que sobre este aspecto no se pronunció un 44 por ciento), hay un problema fundamental: el coste. Así, ningún encuestado señaló que el motivo por el que prefería la RFID era el precio. Y es que este coste para llevar a cabo la correcta trazabilidad, no ya el de los chips que se implanten en los envases (unos 0,05 euros por unidad, actualmente) sino de los sistemas a implantar por la industria, la distribución y la oficina de farmacia, es algo que preocupa al sector. Sobre todo el saber si la Administración se hará cargo de una parte o si, por el contrario, serán sufragados por los distintos agentes del sector o se aplicarán al precio del medicamento. Un hecho éste que, para Vallejo, es importante “sobre todo en los medicamentos genéricos y en los de precio bajo”.

Otro problema que presenta, a priori, la RFID es que, como señaló Soler, “no está implantada en ningún país de Europa”. Esto significaría que España sería pionera en este campo y se podrían producir problemas si el sistema que se utiliza en países como Francia y Alemania es el Datamatrix. “Sería importante que se homogeneizase un sistema único para toda Europa”, concluyó Soler.