El director general de Farmacia del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Agustín Rivero, cree que el futuro del Sistema Nacional de Salud deberá estar ligado a dos conceptos: por un lado reinversión, por otro, desinversión. Así lo aseguró durante la presentación del informe ‘Reinversión: asignatura pendiente del Sistema Nacional de Salud’, celebrado por un grupo de expertos con el apoyo de Roche.
A su manera de ver, es necesario dejar de financiar fármacos, tecnologías y procesos “de bajo valor clínico, poca coste-efectividad o menores para, de este modo, promover la financiación de temas de alto valor clínico”. En este sentido, apoyó el copago selectivo farmacéutico, la adopción de contratos de riesgo compartido y una prescripción “que reduzcan las variabilidades injustificadas que se dan en práctica clínica”.
Precisamente, Rivero anunció que ya están cerrando los primeros acuerdos de riesgo compartido con algunos laboratorios farmacéuticos para incorporar nuevos tratamientos innovadores en aquellos casos en que exista “demasiada incertidumbre” sobre su eficacia. Aunque no especificó los nombres de las moléculas afectadas, explicó que, una vez queden definitivamente aprobados, podrían entrar a funcionar en el siguiente nomenclátor.
Por su parte, Federico Plaza, director de Government Affairs de Roche, aseguró que aún “existen posibilidades de intervención en el SNS”. Al mismo tiempo, Plaza destacó la oportunidad que presenta, en su opinión, la desinversión y la reinversión para la industria como una apuesta por innovación efectiva.
Uno de los autores del estudio, José María Abellán, vicepresidente de la Asociación de Economistas de la Salud, dijo que en el ámbito de la reinversión “hay que pasar de la buena intención a la implementación” de las estructuras, y criticó los informes de posicionamiento terapéutico (IPT) al quedar la evaluación económica en un segundo plano”.